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Oppenheimer

Drama. Thriller En tiempos de guerra, el brillante físico estadounidense Julius Robert Oppenheimer, al frente del 'Proyecto Manhattan', lidera los ensayos nucleares para construir la bomba atómica para su país. Impactado por su poder destructivo, Oppenheimer se cuestiona las consecuencias morales de su creación. Desde entonces y el resto de su vida, se opondría firmemente al uso de armas nucleares. (FILMAFFINITY)
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Críticas 380
Críticas ordenadas por utilidad
19 de julio de 2023
886 de 1119 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay directores que adaptan su estilo a las películas que dirigen, y hay directores que adaptan las películas que dirigen a su estilo. Christopher Nolan es claramente de los segundos, siendo lo que se dice un director, autor y/o cineasta con personalidad de serie y mucho amor propio: Cuesta no reconocer una de sus películas en unos pocos segundos, incluso aunque puedan ser los segundos menos representativo de toda la película.

'Oppenheimer' es claramente una película de Nolan, quien emplea en ella todos los habituales recursos con los que se ha labrado un nombre para contarnos una historia que sin embargo, en esta ocasión, no encaja tan bien con su estilo. Un estilo narrativo "a la carrera" que se adapta muy bien a todo tipo de thrillers, no tanto a un drama "basado en hechos reales" con fondo, trasfondo y un fuerte componente ético y dramático.

Nolan no sale de su zona de confort, sino que mete en ella a J. Robert Oppenheimer, Leslie Groves, Lewis Strauss y a todos los demás para lo que en mi cabeza es una especie de 'Una mente maravillosa' rodada como si fuera 'El caballero oscuro'. En las distancias cortas funciona, por momentos hasta muy bien, y no es difícil sobrevivir a tres intensas y persistentes horas de metraje, largas pero no del todo pesadas.

Ahora bien, su impacto y calado emocionales son cercanos a cero, estando demasiado ahogados por el "machacón" estilo de un Nolan que no concede ni media. 'Oppenheimer' es, básicamente, un biopic oscarizable forzado a ser un thriller épico. Es... el estilo de Nolan, es lógico y esperable, pero enmarcado en una historia, para variar, con un fuerte componente dramático y mayores dobleces deviene en algo no tan efectivo... y sí más efectista.

Que es lo que en realidad es Nolan, sin por ello menospreciar su talento como cineasta. Cuando se trata de jugar con el espectador, pocos mejores que él. Y eso es lo que hace en 'Oppenheimer', convertir la vida real en una especie de juego, tal y como hizo en 'Dunkerque'; en comparación, una película más pequeña, simple, centrada y compacta. Una película más directa y que iba de frente a lo suyo sin meterse en nada más.

Sin embargo 'Oppenheimer' es más compleja y abarca bastante más, con muchas más connotaciones y personajes. Y en esta ocasión Nolan se dispersa y no aprieta, metiendo "en tan solo" tres horas demasiadas "cosas" que no desarrolla. "Cosas" que parece meter por obligación, apenas unos segundos. "Cosas" que aportan su presencia (o sus tetas), no más que su presencia como simples y funcionales recursos de guión.

Quiere ser "importante" en todo momento, pero la grandilocuencia, pirotecnia y falta de sutileza habituales de Nolan enmarañan sus buenas intenciones; empezando por el atronador y hostigador uso del sonido y la música y terminando con un montaje atropellado y frenético, incapaz de aguantar un plano más de cinco segundos y encadenando escenas y acontecimientos sin dejar que la película, los hechos y las emociones respiren.

De esta manera, 'Oppenheimer' acaba resultando una película superficial que de igual modo que la mayoría de Nolan, persiste en su obsesión por el impacto antes que por la sustancia. Una obra pomposa y de tintes efectistas que funciona e incluso intimida en las distancias cortas, pero que transmite una sensación de oportunista fuego de artificio vacío y apátrida. De marear mucho la perdiz pero en realidad tener poco que decir.

Nolan no ancla su película en un punto fijo, y esta divaga de principio a fin sin armar un auténtico discurso, ni mucho menos tan contundente como el de sus trabajos previos. Los personajes van y vienen, las cosas pasan porque así está escrito y la película está rodada en IMAX como podría estarlo en VHS, que no habría gran diferencia. Todo es muy Nolan, absolutamente todo: Tres horas incesantes y apabullantes de Nolan.

Tanto, que entre tanta épica parece no quedar demasiado espacio para conocer a J. Robert Oppenheimer, su historia y sobre todo, la de los títeres (científicos y mujeres) que le rodearon.
Wanchope
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20 de julio de 2023
840 de 1105 usuarios han encontrado esta crítica útil
No considero defectos sus tres horas de duración ni su ininterrumpida verborrea solo inteligible para entendidos en la materia. No importa no entender todo lo que se ve si esto se presenta de manera seductora. El problema de "Oppenheimer" —y de gran parte del cine popular contemporáneo— es, a mi juicio, una cuestión de forma.

Todos esos diálogos están filmados de manera funcional y televisiva: primeros planos o planos muy cerrados continuamente acompañados por música insistente, saltos de unas secuencias a otras sin ningún tipo de fluidez o desarrollo y, al fin y al cabo, un montaje frenético agotador que parece guiado por el deseo de comprimir los hechos deprisa y corriendo para que puedan caber todos en tres horas.

Lo cierto es que es complicado introducirse en la historia y sentirse verdaderamente dentro de ella, uno no conecta con los personajes ni le da tiempo a encariñarse (o no) con ellos. Todo se presenta a toda velocidad y haciendo uso de elipsis que llegan incluso a incomodar, en momentos donde a la película quizá le habría venido bien cierta calma y evolución narrativa para poder conocer mejor a algunos de ellos (los desagradables saltos temporales de la primera chica a la segunda y lo atropelladas que se nos muestran ambas relaciones, donde resulta imposible que nos afecte de alguna manera lo que pueda ocurrir, por ejemplo).

La planificación, como ya he señalado, tampoco ayuda. No existe ninguna sensación de profundidad y ningún estudio del espacio, todo es estatismo: planos fijos de rostros que hablan sin parar, pero que apenas se relacionan con el entorno o entre ellos. No hay movimientos de cámara que realmente dejen poso ni permitan entrever una propuesta formal inteligente, no hay imágenes que a uno se le queden grabadas —exceptuando, supongo, las del ensayo de la detonación o las que evocan el pensamiento del protagonista (pero esas bellas imágenes terminan sabiendo a poco y da la sensación de que podrían tener más fuerza expresiva o valentía artística, nada que ver con las que mostró Lynch en el experimental capítulo 8 de "Twin Peaks: The Return" o Bruce Conner en "Crossroads", por poner un par de ejemplos)—. Es periodismo en imágenes, en el mal sentido. Mucha información y poco cine.

El tema es apasionante y es indiferente que la película sea más o menos fiel a los hechos reales, que se centre más en un personaje que en otro, que obvie ciertos episodios relevantes, que no paren de hablar en tres horas o que dure dos más o dos menos. Estos aspectos no son buenos o malos «per se», la cuestión es que Nolan nos presenta sus decisiones mediante códigos cinematográficos que son muy pobres y poco originales, haciendo uso de recursos muy fáciles que dan la sensación de estar viendo un tráiler de tres horas —por supuesto, es imposible aburrirse con esa metralleta de planos que apenas duran unos segundos, más bien uno sale de la sala sobreexcitado y cansado—, pero sin una sensibilidad en el estilo ni una propuesta formal que hagan que, al menos en mi caso, me remueva algo.
Harvsi
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22 de julio de 2023
346 de 458 usuarios han encontrado esta crítica útil
Rimbonbante, grandilocuente, vacía, innecesariamente compleja, una tortura de tres horas que, muy a mi pesar (de verdad quería que me gustara), me ha resultado insoportable por:

- Innumerables personajes sin desarrollar, Nolan pensará que todos nos hemos leído la vida de Oppenheimer y sabemos de quién habla. A los 45 minutos de película me da igual que digan Alfred, John, Peter o gramenouer, todos me dan igual porque ninguno está desarrollado.

- Incapacidad de ubicar al espectador. El director ha pensado que trocear la historia en mil fragmentos que transcurren en saltos temporales en una habitación, un juicio o el campamemto base de los Álamos (que a su vez tiene otro porrón de localizaciones), debe ayudar a comprender lo que sea que quiera contar.

- Como Nolan duda de que el espectador se esté enterando bien, mete para los despistado una música grandilocuente que de alguna manera te dice: Cuidado chaval, esto es importante!! En realidad hace tiempo que ni con la sinfónica de Los Ángeles te conseguirías ubicar.

- Montaje infame con escenas que duran poco más de un minuto y cháchara infinita sobre sindicatos, comunistas y siglas de no se cuántos entes e instituciones que, como la mayoría de personajes, te la traen al pyro.

- Excelentes actores que pasan por la pantalla sin pena ni gloria. Quitando al protagonista y a Matt Damon, el resto es para echarse a llorar porque te importan un pepino o peor aún, porque se suponen que te deben importar y tampoco, caso de Emily Blunt y Robert D. JR.

- ¿Querías saber algo más sobre física cuántica para sentirte más listo con los amiguetes? Olvídate, ninguna descripción para dummies del gran avance científico que se supone desarrolla Oppenheimer, nada de ponérselo fácil al espectador, todo es muy importante porque yo, Christopher Nolan, lo digo.

- Y por último, tres largas horas donde en el cine muchos ya no sabían como ponerse (la sala llena hasta las trancas). Sólo el tramo de los Álamos y la creación en sí de la bomba atómica resulta interesante, el resto...Un suplicio.

En fin, una decepción como un castillo pero oiga, ahí queda para la posteridad. El 4 es por C. Murphy, la ambientación y partes de la película elocuentes y atractivas. El resto, caos, vacuidad, montaje horrible y vacío...de lo que estamos formados todos mayormente (frase para ligotear en las fiestas cool al estilo Oppenheimer y parecer que sabes más que el resto).
Sapo
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20 de julio de 2023
315 de 427 usuarios han encontrado esta crítica útil
En "Oppenheimer", Christopher Nolan se propone contar la vida del renombrado físico y "Padre de la bomba atómica", J. Robert Oppenheimer, mas concretamente los años del desarrollo del programa nuclear. Lamentablemente, la película termina siendo un laberinto larguísimo de secuencias de escenas desordenadas y confusas que hacen que sea difícil seguir el hilo de la trama.

No hay duda de que la película tiene sus puntos fuertes. En términos técnicos, es sobresaliente: cuenta con una serie de actuaciones espectaculares, lideradas por Cillian Murphy en el papel de Oppenheimer, secundado por grandes talentos como Robert Downey Jr. y Emily Blunt. La cinematografía y el diseño de sonido son excelentes, pero estos aciertos técnicos no logran compensar las múltiples debilidades en la estructura de la narrativa.

La historia de Oppenheimer es, por sí misma, fascinante y repleta de dilemas morales, conflictos científicos y desafíos personales. Pero el formato de Nolan resulta ser su Talón de Aquiles. Optar por un thriller dramático en lugar de un documental más tradicional y claro, lleva a la película a un laberíntico desorden que resultó, al menos para mí y para todos los espectadores que se revolvían en la sala en tres larguísimas y fatigosas horas.

Es evidente que se descartó gran cantidad de material durante la edición, lo que deja la sensación de una trama, aunque no apresurada, si muy incoherente. Personajes secundarios aparecen y desaparecen sin explicación, generando una maraña de subtramas inacabadas y cabos sueltos que aportan más confusión que claridad.

A pesar de estar familiarizado con la historia de Oppenheimer y el Proyecto Manhattan, me vi desorientado tratando de seguir el ritmo de la película. El relato salta entre pasado, presente y futuro sin señales claras mas allá de sucesos históricos muy concretos, lo cual puede ser especialmente desconcertante para aquellos que no conozcan los detalles de la época.

La elección de eventos históricos que se retratan en la película es, en sí misma, desconcertante. Aspectos esenciales se pasan por alto, mientras que se dedica un tiempo excesivo a eventos secundarios. Un ejemplo flagrante es la omisión de detalles sobre los espías que filtraron información a los soviéticos ¿Quiénes fueron? ¿Cómo lo hicieron? ¿Qué les pasó?, o ¿Cómo y por qué se produjo la muerte de Robert?, mientras que se dedica un tercio de la película a la revocación de la acreditación de seguridad nacional de Oppenheimer y la triste trama política detrás del evento.

"Oppenheimer" también falla al tratar los aspectos técnicos del desarrollo de la bomba atómica, dándoles un tratamiento superficial e insuficiente ¿temían que los espectadores construyeran una?. Los efectos visuales, aunque competentes, se utilizan con demasiada moderación, siendo lo más destacado presentado en el tráiler de la película.

Una de las mayores virtudes de la película es cómo se aborda la evolución moral de Oppenheimer, desde su comienzo como un egocéntrico y políticamente inocente científico, hasta convertirse en el atormentado "Padre de la bomba atómica" consciente de la espada de Damocles que ha colocado sobre la humanidad.

En resumen, "Oppenheimer" es demasiado larga y confusa. Podrían haber quitado una hora de película y seguiría siendo tiempo mas que suficiente para contar lo que realmente merecía haberse contado. Aunque tiene cosas buenas, el problema es que la historia es tan enrevesada que es difícil disfrutarla. En resumen, es una verdadera lástima que una historia tan interesante se pierda en una película tan desordenada.
Dronicus
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19 de julio de 2023
249 de 327 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nos sumerge en la apasionante y compleja historia de J. Robert Oppenheimer, el científico detrás del desarrollo de la primera bomba atómica en el marco del Proyecto Manhattan, desplegando una narrativa detallada y meticulosa que examina los eventos históricos y las motivaciones de su protagonista.

A lo largo de la película, Nolan demuestra su habilidad para mantener la atención del espectador, a pesar de la complejidad de los detalles históricos. Su dirección magistral nos guía a través de la vida y los dilemas éticos de Oppenheimer, manteniendo una tensión constante y creando momentos de gran impacto emocional.

La actuación de Cillian Murphy como J. Robert Oppenheimer es simplemente fenomenal. Murphy logra transmitir la complejidad interna del personaje, capturando su lucha moral y su creciente conciencia sobre las consecuencias de su trabajo. Por otro lado, Emily Blunt brilla en su papel como la esposa de Oppenheimer, ofreciendo una interpretación conmovedora y convincente.

Se destaca por su aspecto técnico impecable. La partitura musical, la cinematografía y el diseño de producción se combinan para crear una atmósfera tensa y emocional que refuerza la trama y los conflictos internos de los personajes. Cada escena está cuidadosamente construida visualmente, transportando al espectador a la época y al contexto de la historia.

No solo es una película histórica, sino también una reflexión profunda sobre la moralidad de la ciencia y la tecnología. Nos invita a cuestionar las consecuencias de nuestras acciones y a considerar el impacto duradero de nuestras decisiones. En manos de Nolan, esta obra se convierte en una experiencia cinematográfica que no se puede pasar por alto, dejando una impresión duradera y estimulando una reflexión profunda sobre la condición humana.
Pablo Veiga
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