Creepshow: El festín del terror

Con Creepshow, George Romero y Stephen King rindieron homenaje a los cómics de terror que EC editó a principios de los años 50, y que por desgracia desaparecieron rápidamente a causa de la censura impuesta por los ultraconservadores republicanos estadounidenses.

Estos tebeos de gran éxito durante su corta vida, hoy de culto para muchos aficionados al cómic, mostraban siempre la misma disposición, dividiendo el cómic-book en cuatro cortas historias de terror presentadas por un siniestro anfitrión (el amo de la cripta, la vieja bruja o el guardián de la cámara). Imitando esta estructura, Creepshow está formada por cinco historias cortas muy en la línea de las que aparecían en estos malogrados cómics. Hombres cegados por su avaricia, infidelidades matrimoniales, venganzas de ultratumba y mucho humor negro cargado de mala leche, se dan cita en una de las mejores cintas de terror-humor de los 80. Al igual que Sam Raimi en la trilogía de Evil Dead, Romero utiliza un lenguaje muy próximo al cómic, mostrando a unos personajes caricaturescos entre los que se encuentra a modo de guiño, el propio Stephen King encarnando al paleto protagonista de la segunda historia.

Los efectos especiales y el maquillaje (a cargo del famoso Tom Savini) están muy conseguidos, dotando a la cinta de esa atmósfera macabra con un toque cutre, necesaria para poder captar la esencia de los viejos cómics de EC. Y atención al descacharrante prólogo-epílogo, donde podremos ver a un padre abofeteando a su hijo por haberle pillado leyendo uno de estos tebeos. Toda una burla a las cerriles mentes conservadoras, que a base de insistir en lo perniciosa que era para los niños, consiguieron que se produjese el cierre de esta colección.

Cinco historias cargadas de humor negro y tenebrosidad unidas a modo de historieta de terror, presentadas como el tebeo de terror que no dejan leer a un niño, y culminadas con la venganza del niño como fín de la película. Los cinco relatos son realmente originales y en mayor o menor medida escalofriantes, predominando el humor macabro sobre el terror en unos y alternando a partes iguales en los otros. El comienzo entre relato y relato en forma de cómic, y la congelación y conversión a viñeta gráfica de los finales de relato es una idea brillante y que contribuye al escalofrío colectivo que genera esta película.

Buen entretenimiento sin pretensiones de manos de Stephen King y el apreciable Romero. Cinco historias cortas, enmarcadas por un prólogo y epílogo que constituyen una sexta de propina.

Entrañable homenaje al cómic de terror con el que seguramente crecerían los autores y que generó en su día la polémica sobre su adecuación a los inocentes cerebros de los niños (hecho que se refleja en la película durante la secuencia de arranque).
Buena combinación de terror y humor aderezada con los efectos del artesano del gore por excelencia, Tom Savini (con cameo incluido), en la que algunos episodios sobresalen sobre los demás (para mi gusto los dos últimos) aunque no se le haga ascos a ninguno.

Sorpresotas como Ed Harris con pelo marcándose un baile, Leslie Nielsen clavando el papel de maloso o Stephen King haciendo de paleto merecen echarle un ojo a esta obra pretendidamente menor pero muy mimada y amena.

Creepshow rescata la mejor tradición de comics de horror de los cincuenta, y además con historias escritas por Stephen King y dirigidas por Romero, lo cual ya la hace, de entrada, bastante interesante.
Es una buena película, aunque no todas las historias sean igual de buenas (quizá la mejor sea "El día del padre", porque es la más fiel al espíritu de comic de horror que homenajea la película) y ciertamente hay una con cucarachas de por medio que es de lo mejor que se ha rodado sobre la fobia a los insectos.
Buenas interpretaciones y un ingenioso hilo argumental hacen de Creepshow una joya del terror para disfrutar con palomitas y en una noche de lluvia.
Lamentablemente, hubo segunda parte.

Una siniestra película a pesar que no todas las historias tienen la misma intensidad. Un cómic siniestro es el enlace perfecto entre la torta de cumpleaños, el meteorito que viene con una sustancia verde infecciosa (y que nos dio la oportunidad de conocer al sr. King en escena), la del simio diabolico del Kilimanjaro (cuando el esposo espera que la haga trizas a su mujer que lo insulta es genial) y, sobre todas, la historia de los esposos enterrados en la arena mientras sube la marea y la del viejo E.G. Marshal reventando su cuerpo en cucarachas. Las dos últimas entran con mérito en los mejores momentos de la historia del Horror.