Eliminar (Serie de TV)

Podemos remontarnos a la lámpara de Aladino y sus deseos por cumplir. Luego volver a tiempos más actuales y tomar como referencia al legado de Death Note. A partir de allí se comenzó a explotar la fórmula de los objetos mágicos que cumplen siniestros deseos: agendas mortales, llamadas telefónicas, ahora cámaras de celular...

"Eliminar" parte de un triángulo amoroso. Amantes frustrados con sus respectivas parejas y coercionados al punto de no saber como salir de esa situación. Aquí entra en juego un celular con la facultad de hacer desaparecer gente mediante una toma fotográfica.

El inicio es dramático, un romance que se antoja retorcido por la personalidad de sus personajes. Pronto la trama deviene en el desfile de varios secundarios que buscan conseguir ese celular a toda costa. Vale resaltar que nadie cuestiona en ningun momento la naturaleza fantástica del objeto: todos, incluso la trama, lo buscan con fines meramente instrumentales.

El guión se transforma así en un jueguito morboso. Que lo tengo yo, que ahora lo tienes tú, quien diablos lo tiene y vamos a por él. Hay un giro más con el elemento mágico que da sentido a muchas conductas y enriquece un poco más el núcleo lúdico de toda la premisa..Es que resulta divertido ver como todos corretean a ver quién desaparece a quién. No mucho más que eso. Resulta divertido en sus formas, aparte de bien desarrollado, pero muy plano de fondo. Siempre con tonos sombríos y graves. Coqueteando con el terror pero mucho más afianzado dentro del thriller genérico.

Desenlace a spoiler.

Por una parte la puesta en escena es buena, consigue aportar intriga y misterio, pero al final se trata de todo un adorno y telón de fondo, porque al final es un salseo. Aquí a la camara no hace falta ponerle una media como antiguamente a la cámara de Rocio Jurado cuando actuaba, están los filtros de belleza o esas tersas pieles impolutas Tailandesas sin una arruga. Aquí no hay gente calva, ni gordos. Sin dar detalles, es prácticamente Topacio feat Pasión de Gavilanes versión Tailandesa, telenovela disfrazada de ciencia ficción. Sólo que aquí nadie se llama José Eduardo, son nombres impronunciables que al final se apodan con dos sílabas, para que presten atención y no se duerman mientras lo pronuncias, como mi perro cuando le llamas. Si te gusta el salseo, la recomiendo, si te gusta la ciencia ficción y vas por ahí, pues no.