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El huésped de honor (C)

Comedia En un establo están trabajando Laurel & Hardy, y tienen a su cuidado un caballo llamado "Blue Boy". Un día se enteran de que están ofreciendo una buena recompensa a quien devuelva a Blue Boy a su dueño, y queriendo ganarse el dinero, el gordo y el flaco deciden llevar el caballo a la dirección indicada, pero Blue Boy en realidad es un cuadro al óleo que alguien está a punto de devolver... Uno de los últimos cortos de la popular pareja ... [+]
Críticas 3
Críticas ordenadas por utilidad
20 de agosto de 2006
14 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
El inglés Stan Laurel (1890-1965), nacido en Ulverston, Cumbria, y el norteamericano Oliver Hardy (1892-1957), nacido en Harlem, Georgia, constituyeron pareja cómica desde que Hal Roach les unió en 1927 hasta que se retiraron del cine en 1945. Wrong again puede considerarse un cortometraje representativo de su sentido del humor: Oliver, en exceso preocupado por las buenas maneras, es un cretino incapaz de reflexionar, por lo que acostumbra a meterse en fregados sin percatarse. Solo el público se da cuenta y, en contadas ocasiones, su nulo compañero Stan, cuya ineptitud agrava siempre el follón.

En esta ocasión, Laurel y Hardy son mozos de caballeriza y tienen a su cargo el cuidado de un caballo de carreras llamado Blue Boy. Tras unos divertidos desaguisados con una manguera y un cubo sin base, se enteran de que un tipo acaudalado ofrece una recompensa por la restitución de Blue Boy. Mientras se encaminan a la fastuosa residencia, el verdadero Blue Boy robado, un retrato al óleo, es recuperado por unos detectives. El millonario está en la ducha, así que lanza las llaves por la ventana de arriba y pide a Oliver y Stanley que dejen Blue Boy sobre el piano de cola. Ambos cumplen la orden con diligencia y, mientras intentan subir al caballo blanco sobre el instrumento, hacen fosfatina una estatua, las cortinas, el propio piano... El mismísimo Hardy sufre en sus carnes daños inhumanos hasta que aparecen los detectives con el cuadro y se destapa el equívoco. El millonario, escopeta en ristre, persigue a la pareja, típico final que recuerda a los finales de los tebeos de Mortadelo y Filemón. No en vano, el historietista Francisco Ibáñez es confeso admirador del cine cómico silente.
Kick'Em Ars
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24 de abril de 2011
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
En cambio que hagan bien las cosas Stan Laurel y Oliver Hardy ni con un handicap de +100. Ganas e ilusión siempre le ponen al trabajo. Meter la pata la meten más que nunca ya que Blue Boy pone las cuatro patas encima del piano. Y el pobre Stan no asistió a clase de anatomía ya que quedaría mejor la estatua al derecho y no al revés. Wrong Again es un clásico de la comedia a pesar de que el señor William K. Everson la tache de segundo orden.
RONNIE JAMES DIO (CUENTA BLOQUEADA)
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20 de agosto de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Laurel & Hardy son trabajadores de la caballeriza Piping Rock y están ahora al cuidado de un hermoso y blanco caballo, extrañamente llamado Blue Boy, cuyo dueño aspira a regalárselo a su hija en el cumpleaños. En cualquier momento, se enteran de que alguien está ofreciendo una recompensa de 5 mil dólares a quien ayude a recuperar al desaparecido ¡Blue Boy!... Y claro, los chicos saben algo de esto y están bien dispuestos a ganarse la recompensa.

Estupenda comedia de enredos, con 20 minutos donde no paran los giros de mano para indicar, en cada enrevesada situación, como los millonarios siempre piensan distinto al común de los humanos… hecho que es bien cierto mírese por donde se mire, independientemente de que, en muchos casos, este pensar distinto sea harto reprobable.

Laurel & Hardy lucen maravillosos cuando llegan a aquella mansión donde su anfitrión los manda a cumplir órdenes sin percatarse de nada, y ellos obedecen aún considerando que, lo que les mandan, es bastante excéntrico y deschavetado. Quizás por eso es que, Hardy, no reconsidera su resultado cuando, queriendo rearmar la escultura que ha partido en tres pedazos, la parte central le queda de reverso. Y Laurel, al verla en ese estado, sólo se reafirma en lo que le ha dicho su amigo acerca de los millonarios.

El director Leo McCarey, logra aquí su último gran cortometraje con el gordo y el flaco, consiguiendo consolidarlos en esa Edad de Oro de la comedia, de la que fueron dos de sus principales artífices. En adelante, queriendo dedicarse al cine de largometraje, McCarey sólo haría alguna co-dirección (“Big Business”) y, de resto, supervisaría y/o escribiría los guiones de muchos otros cortos de la célebre pareja.

“EL HUÉSPED DE HONOR”, a muchos sin duda, les recordará ese otro corto que hizo historia dirigido por Luis Buñuel y Salvador Dalí y que todos conocemos como “El perro andaluz”. Aquel burro muerto montado sobre el piano como crítica severa de la clase burguesa, se asemeja al caballo tomador del pelo (o mejor del sombrero) de este corto, donde el temperamental millonario tampoco sale muy bien librado. Y no es extraño creer que, McCarey, haya visto el polémico filme de los españoles.

Si usted, o alguien de su familia sufre de cáncer o depresión, le recomiendo los cortos de Laurel & Hardy, en especial los dirigidos por Leo McCarey o por James W. Horne. Uno cada día, estimulará los sistemas defensivo y curativo y será, con toda certeza, más efectivo que una quimio o que veinte grageas diarias.
Luis Guillermo Cardona
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