Recuerdos peligrosos

Magnífica película de animación dividida en tres historias independientes.

1ª.-"Rosa Magnética": Impresionante por su variedad, creatividad e idealización de dibujos fantásticos con un colorido, paisajes, escenas que son no ya de sueños sino de auténtica dimensión maravillosa. Pero muy triste.

2ª.- "Bomba Fétida": Inquietante, pone el dedo en la llaga de una posible catástrofe de productos químicos escapados de algún laboratorio a la atmosfera terrestre, describe de forma irónica y pavorosa el avance de este peligro mortal hacia una megaciudad japonesa y la reacción de las autoridades para frenarlo. Conlleva en medio del dramatismo que describe bastante provocación de la sonrisa.

y 3ª.- "Carne de Cañón": La más seria y tenebrosa de las tres historias, la menos simpática y agradable, con el militarismo y el belicismo como argumento principal. Muy crítica con la sociedad donde los mayores esfuerzos y riquezas se emplean en armarse en lugar de humanizarse.

Cine de animación de enorme altura, calidad y motivación del espíritu crítico, más para adultos que para niños.

Fej Delvahe

Las tres historias o capítulos que componen este magnífico film de animación se nos presentan bajo la sombra algo apocalíptica pero al mismo tiempo portentosamente brillante del mítico creador de "Akira".

Cada uno de los tres episodios tiene a mi modo de ver su particular encanto; los tres me gustán mucho, y cada uno a su estilo forman un conjunto que hacen de esta obra un disfrute para los sentidos.

Es cierto que el listón del público a la hora de valorar el animé está ahora muy alto, y los espectadores no son facilmente impresionables, aún así esta película es una maravilla.

El primer capítulo, "Rosa magnética", es misterioso y romántico, y un prodigio de escenografía y efectos visuales poéticos y delirantes. En este episodio colaboró el posteriormente famoso director Satoshi Kon, que se encargo de la deslumbrante dirección artística y del guión del episodio, basado a su vez en una historia de Otomo. Leí que este episodio tenía reminiscencias del Kubrick de 2001, y del "Metal Hurland" con su particular estética, y puede que sea así, sin embargo yo encontré un cierto parentesco, temático más que visual, con "Solaris" de Tarkovski, en ese extraño y encantador entorno donde no se sabe exactamente donde empieza la realidad o donde terminan los sueños o los recuerdos. El conjunto es barroco y quizás incluso romántico y decadente, al estilo de un Visconti, con ópera incluida en la apoteósica banda sonora. Hay quién dice que es el más brillante de los tres capítulos, aunque yo considero que cada uno tiene su particular encanto. El director de "Rosa magnética" fue Koji Morimoto.

El segundo episodio, "Bomba fétida", es el más cachondo, si se puede usar este adjetivo. Está lleno de mala uva y de humor negro, pero todo de modo simpático y divertido. La música de este episodio contribuye a darle su particular ritmo ágil y de carrera. Una carrera por ver si se puede detener el fétido y fatídico hedor de origen desconocido. No cuento más. No quiero dar detalles que puedan descubrir cosas innecesarias a los que no han visto la peli.
Está dirigido por Tensai Okamura, y sirve muy bien como puente para el último y genial episodio.

El episodio final no decepciona. El propio Katsuhiro Otomo lo firma directamente, y se encarga de dar colofón a esta maravilla de animé con una historia digna del "Metrópolis" de Fritz Lang, con esas obreros marionetas que van a su trabajo como si fueran robots programados para servir a esa enigmática guerra que se está librando contra no se sabe qué o quién...
Entrañable el niño que sueña con un trabajo de mayor importancia que el de su padre, y el profesor que les da lecciones y les "educa" para ser obreros ciudadanos "útiles".

Lo reconozco, el mayor defecto que le encuentro a la peli es que me quedé con ganas de ver un poco más. Quizás de ver otro episodio, o que la aventura titulada "Carne de cañon" se prolongará un poco más.

Otomo rinde tributo a sus influencias "científico-ficticias" (?).

Rosa Magnética (5.5).
Empieza muy bien, intrigándome; pero finalmente se alarga y no deja de ser una simple imitación de Solaris.

Bomba Fétida (6.7).
El punto de partida está muy visto (se pierde el control de un experimento y se desencadena el caos), pero usa la exageración con fines humorísticos. Otomo se ríe de sí mismo: es la versión cómica de Akira. Muy graciosa.

Carne de Cañón (7.4).
Mi favorito. Me encantó esa crítica mordaz de la propia naturaleza belicosa del hombre. Técnicamente fue la animación que más me sorprendió de las tres.

Uso la media como nota final.

3 historias sin nada en común salvo la excelente calidad técnica. Extraordinariamente bien realizadas, la calidad de la animación está en otro nivel, aunque en el fondo no debería sorprendernos si consideramos de quién se trata.

Cada relato difiere notablemente de los otros dos por estilo de la animación. El mejor logrado es el primero, "Rosa Holográfica"; aunque personalmente considero que es aburrido; es una mezcla de Solaris -como bien dice una crítica por ahí- y Heavy metal. En sí la historia es muy lenta, pero sólo por ver la animación vale la pena.

La segunda, bomba fétida -o algo así-, es bastante hilarante. Las acciones van sucediendo de manera muy natural, hasta que la situación es irreversible. Humor no muy japonés que alcanza su clímax al final, espléndido.

La última, carne de cañón, es la mejor de todas. Probablemente la animación sea la menos convencional de las tres, pero la historia está llena de ternura y profundidad. Esta parodia clara a la Guerra Fría, narra la vida de una familia obrera, comunista, dedicada a la guerra y la construcción de armas. Los noticieros narran cuánto se ha producido en armas y la situación del país. Es un poco como leer "1984" donde el Estado es autoritario y tiene el control total de la opinión.

Estamos acostumbrados a la calidad de la animación japonesa, por sus temas, por su técnica, por los personajes. De entre la infinita variedad de animación que ha producido el país del sol naciente, yo enmarcaría a ésta como una de las más acabadas. Aquél que la vea la recordará por siempre.

Tres historias completamente diferentes, todas de gran calidad contadas por Otomo. La primera, sobre una nave espacial encantada, con una señal de socorro, en la que dos astronautas entran con finales diversos, de muy alta calidad. La segunda, como dice Jastarloa, es una ironía a Akira, sobre un fétido que con su olor acaba con todo, y nadie puede pararlo. Y la última una preciosa crítica de un pueblo que solo piensa en bombardear a un enemigo invisible, visto desde los ojos de un niño. Las historias tratan de sentimientos. La primera sobre el amor a un ser perdido, la segunda el humor crítico a la destrucción masiva y el poder del estado (en mi opinión), y la tercera el odio a la guerra y el antibelicismo, visto desde un exagerado punto, el contrario y radicalmente pasado de rosca. Totalmente recomendable, como para comprar la original.