Informe Robinson: SuperDepor, te quiero igual (TV)

Fue a principios de los 90, pero pudo ser en cualquier tiempo. Fue en A Coruña, pero pudo ser en cualquier lugar. Fueron un puñado de futbolistas con talento y ambición dirigidos por un entrenador muy sabio, pero pudo ser cualquiera.

El reportaje narra la primera época de gloria del SuperDepor, desde la llegada a la presidencia de Lendoiro, hasta el triunfo en la Copa del Rey contra el Valencia en 1995. Por la pantalla desfilan rostros reconocibles como los del propio Lendoiro, Bebeto, Mauro Silva, Fran, Donato o Djukic. El documental es especialmente amable con la figura de Arsenio Iglesias, quien ahora mismo no se encuentra bien de salud.

Con un presupuesto muy bajo, este equipo acostumbrado a luchar por la permanencia empezó a codearse con la élite del fútbol, mostrando un juego vibrante. Se ficharon a jugadores que se convertirían en leyendas, y se apostó por un entrenador casi desconocido que se labró fama de sabio. Conmueve ver a Bebeto emocionándose al recordar el cariño con el que les recibía la gente de A Coruña. Puede que perdieran una liga, pero se ganaron el respeto y la admiración eterna de los aficionados a este deporte.

Interesante documental que nos lleva de vuelta a años mágicos en Riazor. Al fichaje de dos brasileños (Mauro Silva y Bebeto) que se vieron acompañados de hombres de la casa con el inmenso talento de Fran. Todo bajo la atenta mirada de alguien mitad brujo y mitad estratega, Arsenio Iglesias, un tipo muy singular en los banquillos y que ha dejado una huella imborrable en la tierra de las meigas.

El reportaje de Antonio Vilaseco dentro de ese espacio tan agradable que es "Informe Robinson" nos resulta muy adecuado y tiene el acierto de no centrarlo todo en el tristemente célebre penalty de Djukic. Hay entrevistas en primera persona a personalidades como Lendoiro a cargo del propio Michael Robinson, quien vivió aquellos años del formidable Dream Team de Cruyff, una escuadra acostumbrada a fiarlo todo al último momento y poner presión a los líderes a los que perseguía.

Hay alguna escena que sobra como ese intento de escenificar una especie de poción mágica de la aldea de Astérix en vísperas de las últimas jornadas de la campaña de 1993/94, el cual saca del tono reflexivo y emotivo de un documental con gran capacidad de síntesis y que sabe rescatar a sus personajes de la frialdad estadística.

Tiene el interés de dejar el epílogo de la Copa del Rey de 1995, aquella velada madrileño donde las deidades se pusieron de acuerdo con el granizo para dar otra oportunidad al SuperDepor, ese adjetivo que desesperaba al precavido Arsenio Iglesias, el tipo que regañaba a Aldana si le pillaba intentando coger caramelos en los hoteles donde iban de concentración.

Para las personas aficionadas a aquel fenómeno deportivo y social en La Coruña, recomendar los trabajos de Nacho Carretero y Marcos Gendre a ese respecto.