Matrimonio por conveniencia

Bronte ( Andy MacDowell) quiere rentar un departamento con un jardín interno, pero sólo aceptan matrimonios sólidos y que no ocasionen problemas, de hecho en la rigurosa entrevista que le realizan ella habla con tanta pasión del trabajo que habia que hacer en el invernadero para que la plantas no se cayeran que logró que se lo arrendaran. Esa escena está embellecida por el concierto para oboe de Mozart, difícil de describir con palabras.
George Faure ( Gérard Depardieu) viene a los Estados Unidos a iniciar una nueva vida, para lo cual tiene que casarse y obetener su green card. En la visita de rutina de migraciones, notan algunas irregularidades, que les vale tener que someterse a una entrevista más exhaustiva, por lo que deben convivir unos días para que su matrimonio sea más creíble.
En un pricipio la química era nula: agua mezclada con aceite. Con el correr de los días, Bronte empieza a cuestionarse sus sentimientos con un novio ecologista y vegetariano pero poco apasionado que es tildado de zanahoria y pepino por George ( escena muy divertida )
Luego de una cena donde gracias a la casi inoportuna en un principio, pero luego muy “beneficiosa” presencia de George, Bronte consigue una donación de árboles para su proyecto ecológico. En mi opinión el punto de inflexión donde Bronte comienza a enamorarse, es cuando esa misma noche vuelven a casa y “ comienzan a trabajar” estudiando meticulosamiente los hábitos de cada uno, y en un momento George le comenta a Bronte que tiene que confiar en su “instinto” y ahí la música de Hans Zimmer en su pista llamada justamente “Instinto”, comienza a surtir su efecto. Bronte va a su habitación y en un plano sobre la puerta sumado a la música, el espectador piensa que en cualquier momento George va a entrar a la habitación. La expectativa que el director creó con esa escena es hermosa.
Luego viene un período de entrenamiento más intensivo con escenas que van de lo simpático a lo cómico y en la entrevista final en migraciones donde en forma de montaje alterno se ven describiéndose el uno al otro por separado con profunda admiración, se vislumbra que el amor ya habia tocado a sus corazones. Un final no tan americano, pero sí abierto donde Gérard Depardieu habla con la mirada sin emitir un solo sonido cuando la mira a través del vidrio del lugar donde se solían reunir “ Afrika”y una Bronte totalmente enamorada que promete reunirse con él donde sea sin importar otra cosa.