Blanca por fuera y Rosa por dentro

Divertida comedia con toques de surrealismo y de misterio, algo ajeno al cine español de esa época. López Vázquez está que se sale intentando aclararse si le gusta más Blanca o Rosa. Genial Esperanza Roy, una actriz que frecuentó más el teatro que la gran pantalla y que en esta película borda su papel bipolar.

También es muy buena la actriz que hace de criada y que también sufre el accidente de coche y que, cosas del subconsciente del espectador, creía recordar que era Gracita Morales. Quizás por eso de que era la eterna criada, junto con Rafaela Aparicio, del cine español y que en la película sale López Vázquez, su pareja en el cine. Me parece un detalle muy divertido que la criada antes del accidente sea una desmemoriada y luego lo tenga todo en su cabeza.

Claro porque todavía no lo había dicho, pero esta película la vi la friolera de treinta años y aún me acuerdo de ella. ¿ o creo acordarme de ella? Cosas del subconsciente.

En suma: comedia divertida, para verla sin complejos. Aunque no salga Gracita Morales (¿ o sí?).

Adaptación de la obra homónima de E.J. Poncela en la que P. Lazaga no termina de desembarazarse de los tics teatrales.
La comicidad indudable y muy trabajada de dramaturgo madrileño requería un tratamiento más elaborado para asomarse a la pantalla ya que los comportamientos propios del escenario resultan exagerados sobre el celuloide.
El argumento es interesante, complejo, variopinto, ingenioso y original. Por eso se habría agradecido un mayor cuidado al escribir el guión para el cine.
La película, en definitiva, se ve con agrado, resulta amena, su sentido del humor prima por encima de cualquier otra circunstancia y alguna de las interpretaciones son admirables.

Es de esas película de otra época, donde se pedían menos al cine y lo único que interesaba era pasar un buena rato...

No es una película muy buena, al contrario, es una película donde las interpretaciones eran muy “ruidosas”, y el guión también resulta un poco caótico, y es porque es otra época del cine español, es la típica comedia de Pedro Lazaga, una director que para aquella época no lo hacía mal, pero sus películas hoy en día no son más que para una tarde de domingo en el sofá de casa.

La gracia indudable de Jardiel Poncela como autor no fue bien reproducida en las adaptaciones de obras suyas que existen en el cine español como en este caso donde la chispa original del tema no se nota al ser los diálogos reiterativos e insustanciales la base de todo. Quizá representada en el teatro donde cuentan más para el espectador las palabras que todo lo demás esta simpática historia triangular tendría algo más de sentido porque en esta versión fílmica se roza lo absurdo en muchos momentos y a eso contribuye un estilo interpretativo un poco exagerado como si con ese estilo se pretendiera compensar un poco la inadecuación de la obra escrita para ser pasada al cine. Por ejemplo Esperanza Roy ha estado capacitada para hacer interpretaciones más consistentes y las ha hecho en otros empeños mientras que aquí su interpretación se ve afectada negativamente por los factores expuestos. José Rubio se muestra discreto en su intervención y en general los componentes del reparto no están a la altura de creaciones anteriores. En las escenas rodadas en la carretera con automóviles circulando velozmente se nota el brillante sentido cinematográfico de Lazaga quien como siempre alivia con su estilo de realización las carencias que pueda haber en otros aspectos. Y es por eso que la película no resulta del todo olvidable. La película a pesar de todo lo expuesto tiene y bien acentuado además ese toque especial que sólo Lazaga era capaz de imprimir a sus realizaciones.