Fue en la temporada 89/90 cuando el recientemente estrenado Club Super 3 (TV de Catalunya) comenzó a emitir esta carismática serie de dibujos animados de aventuras, que creó escuela y se hizo legendaria en los, aproximadamente, 5 años siguientes. En Cataluña, los chavales nos desvivimos por ella desde los primeros capítulos, ya que se publicitó muy bien y se anunció su estreno con una gran devoción.

Estrenan una película de presupuesto en el cine español y todos nos creemos los grandes gurús de la gran pantalla. En tiempos de superproducciones como los Borgia, Alatriste o esta misma Laberinto del Fauno, tendemos a ir al cine a ver algo que se aleja del "cine español" clásico mas propio de películas como La máquina de bailar o Volver.

El caso es que es una película de gran temática épica, pero no por su narración de un mundo de fantasía, sino por su epopeya antifranquista disfrazada de cuento de niños. En cierta manera, El Laberinto del Fauno tiene una única salida, la del maniqueísmo exacerbado y la manipulación histórica.

Es el querer ver una película de fantasía y de mundos irreales y hermosos lo que nos lleva a entrar en la sala del cine habiendo pagado nuestros dineros. Pronto, la aparición de hadas y el Fauno parece que da mucha vida a una película que recuerda a otras de temática dualista y bélica como Las crónicas de Narnia. No es sino despues de la salida de la segunda prueba cuando uno puede ver que le espera casi una hora de NADA. De absolutamente NADA es de lo que trata esta película a partir de su mitad, ni fauno, ni laberinto, ni magia. La magia no existe (como bien dice Ariadna Gil), y es bien cierto. Todo se centra en la trama militar y paramilitar y deja de lado una historia que comenzaba a capturar y catapultar al espectador a un mundo entretenido. Parece como si el presupuesto se acabase ahí y hubiese que tirar de la otra historia que decanta claramente la balanza hacia ese otro lado mucho más trillado en millones de otras pelis.

No obstante, estamos ante una película que por otro lado para los que echen de menos una temática de la Guerra Civil les vendrá muy bien. Un Sergi López que actúa sin ningún tipo de fallo y de forma correcta derrochando hijoputismo por los 4 costados (aunque su personaje tan caricaturesco acabe haciéndole perder profundidad y verosimilitud...), y un reparto español típico de actoruchos que hablan bajo y sobreactúan como tratando de llegar a un teatro de pueblo más que a una gran pantalla.

Una BSO bastante correcta junto a una ambientación y un sonido acojonante. A su vez, un fantástico uso de los medios necesarios, por supuesto. De hecho, sus efectos especiales sorprenden positivamente, en parte magnificados gracias al que no estemos acostumbrados a demostraciones visuales de este calibre en el producto patrio.

Definitivamente, un gol por la escuadra a la fantasía y a los que buscan (como yo) otras cosas. Para los demás una buena película de guerra. NADA MAS.