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Críticas de Hajime Saito
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Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
7
8 de marzo de 2007
77 de 89 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con Creepshow, George Romero y Stephen King rindieron homenaje a los cómics de terror que EC editó a principios de los años 50, y que por desgracia desaparecieron rápidamente a causa de la censura impuesta por los ultraconservadores republicanos estadounidenses.

Estos tebeos de gran éxito durante su corta vida, hoy de culto para muchos aficionados al cómic, mostraban siempre la misma disposición, dividiendo el cómic-book en cuatro cortas historias de terror presentadas por un siniestro anfitrión (el amo de la cripta, la vieja bruja o el guardián de la cámara). Imitando esta estructura, Creepshow está formada por cinco historias cortas muy en la línea de las que aparecían en estos malogrados cómics. Hombres cegados por su avaricia, infidelidades matrimoniales, venganzas de ultratumba y mucho humor negro cargado de mala leche, se dan cita en una de las mejores cintas de terror-humor de los 80. Al igual que Sam Raimi en la trilogía de Evil Dead, Romero utiliza un lenguaje muy próximo al cómic, mostrando a unos personajes caricaturescos entre los que se encuentra a modo de guiño, el propio Stephen King encarnando al paleto protagonista de la segunda historia.

Los efectos especiales y el maquillaje (a cargo del famoso Tom Savini) están muy conseguidos, dotando a la cinta de esa atmósfera macabra con un toque cutre, necesaria para poder captar la esencia de los viejos cómics de EC. Y atención al descacharrante prólogo-epílogo, donde podremos ver a un padre abofeteando a su hijo por haberle pillado leyendo uno de estos tebeos. Toda una burla a las cerriles mentes conservadoras, que a base de insistir en lo perniciosa que era para los niños, consiguieron que se produjese el cierre de esta colección.
Hajime Saito
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Midori
MediometrajeAnimación
Japón1992
6,4
894
Animación
6
15 de noviembre de 2008
49 de 58 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mediometraje animado de bajísimo presupuesto que adapta un cómic de Suehiro Maruo; mangaka japonés cuya granguiñolesca obra se compone básicamente de historias cortas de terror escatológico.
El barroco estilo de Maruo recrea ambientes oscuros, nauseabundos y enfermizos, para narrar macabros cuentos protagonizados por seres amorales y perversos. Generalmente sus historias son de temática fantástica con tintes surrealistas, y tratan temas tan repugnantes como la violación, el incesto o el asesinato.

"Midori, la niña de las camelias" es una de sus obras más conocidas, y la única que se ha llevado al campo de la animación. Maruo se basó en un viejo cuento del folclore japonés, para construir una truculenta, bizarra y alucinógena pesadilla claramente inspirada también en el mítico film de terror “Freaks”.
Está claro que Maruo quiso rendir homenaje a “La Parada de los Monstruos”. Son bastantes los paralelismos que podemos encontrar con la obra maestra de Tod Browning. Pero hay una diferencia fundamental entre los freaks de Browning y los de de Maruo. Los de éste no son sólo horribles en apariencia. Los freaks de Maruo están podridos por dentro. Son seres viles y perversos que no dudarán en someter a la protagonista a todo tipo de humillaciones y vejaciones desde el primer momento.

Esta adaptación al anime es realmente fiel al cómic original. Hiroshi Harada traslada viñeta a viñeta en el sentido más literal, limitándose prácticamente a calcar las páginas del manga, dotándolas únicamente de color, sonido y una animación realmente pobre. De hecho muchas secuencias ni siquiera tienen animación, y simplemente muestran imágenes estáticas o semi-estáticas montadas tal cual aparecen en el manga.

Es una pena que Harada no contase con más presupuesto, pero hay que pensar que con las pocas salidas comerciales que ha tenido siempre la obra de Maruo, no se podía invertir mucho dinero en adaptar uno de sus mangas. Y aunque el film sea realmente limitado en medios y narrativamente muy mejorable, al menos consigue contar una historia interesante y poco convencional, trasladando fielmente el aberrante y personal estilo gráfico del controvertido mangaka, pudiéndose destacar también el estupendo doblaje japonés y la muy correcta y adecuada banda sonora que acompaña a las macabras imágenes.
Hajime Saito
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7
30 de diciembre de 2008
40 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Quiso Lucio Fulci hacer una parodia del cine giallo con esta película? No lo sé, pero está claro que lo consiguió, aunque fuera de forma involuntaria.
Los giallos siempre se caracterizaron por lo endeble de sus guiones: giros de argumento inverosímiles, diálogos anodinos, asesinos con traumas ridículos, finales tramposos... Pero “El Descuartizador de Nueva York” eleva estos defectos hasta tan altos niveles, que provoca la continua carcajada en el espectador.

Para ocultar la identidad y género del asesino, en estas películas se solía usar un recurso bastante cuestionable. Tanto en las escenas de asesinatos como en las conversaciones telefónicas que mantenía con los protagonistas o con la policía, el asesino hablaba con la voz distorsionada, poniendo voz de pito o hablando entre susurros casi incomprensibles.* Pero en la delirante “El Descuartizador de Nueva York”, el asesino tiene la voz de… ¡el pato Donald! Cuando pillándonos desprevenidos, asistimos al primer asesinato, el nivel de descojone que se puede alcanzar es mayúsculo.
Las conversaciones telefónicas que el psicópata asesino mantiene con el descerebrado policía Williams, también provocan la carcajada. Lean el título de esta crítica para hacerse una idea.

El elenco de personajes no tiene desperdicio: un viejo policía atolondrado y putero, un petulante científico que psicoanaliza al asesino mientras ayuda a darle caza, una madurita ninfómana que frecuenta espectáculos porno, un musculoso violador feo y lisiado, un físico que dice investigar sobre física nuclear “porque es la moda”, y la bellísima novia de éste, única superviviente de las victimas del asesino.

Con este cúmulo de excentricidades, los diálogos bochornosos y los giros inverosímiles de la trama, no desentonan en absoluto. Y cuando nos meten la solución final con calzador, dando unas explicaciones psicológicas tan sumamente absurdas, uno no puede evitar pensar si se están burlando de films como “El Pájaro de las Plumas de Cristal”, o si se están autoparodiando.

Pero lo curioso, es que a pesar de sus indudables momentos cómicos, “El Descuartizador de Nueva York” también contiene algunas secuencias bastante terroríficas, una vez nos conseguimos sobreponer al hecho de que los crímenes son perpetrados por un imitador del pato Donald. Esta vez Fulci, en lugar de mostrar un gore exagerado, filma asesinatos más realistas no exentos de crueldad e intensidad. Especialmente destacaría el último, con diferencia el más visceral y despiadado de todos.

Si a esto añadimos una dirección mucho más ágil de lo que este director nos tenía acostumbrados, una suculenta carga erótica y una banda sonora ochentera bastante resultona (aunque a años luz de las magníficas piezas musicales de Fabio Frizzi), terminamos encontrándonos con uno de los films más entretenidos, divertidos y disfrutables de la filmografía de Lucio Fulci.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Hajime Saito
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7
8 de marzo de 2007
47 de 69 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película favorita de Dario Argento y la mejor que he visto de su filmografía. Creo que ha envejecido mucho mejor que las tan mitificadas Rojo Oscuro y Suspiria. Aunque algunos efectos especiales sean un poco cutres (esa mano de plástico que sale al principio...), la mayoría están muy conseguidos, y contar con Jennifer Connelly y Donald Pleasance para encabezar el reparto fue todo un acierto. Y es que buena parte de la filmografía de Argento se ve lastrada por los infames actores que componen el casting. Aunque bien es cierto que en varias de sus películas, como la bochornosa versión de El Fantasma de la Ópera que dirigió en el 98, ni el actor más competente podría tomarse en serio su papel. Pero en Phenomena apenas hay momentos ridículos y podemos ver algunas de las secuencias más logradas de la filmografía de Argento. Imagen y música se fusionan a la perfección consiguiendo crear una atmósfera realmente perturbadora e inquietante, muy cercana a una pesadilla onírica. La secuencia que abre la película y la escena protagonizada por Pleasance y ese chimpancé tan bien entrenado, son de lo mejor que he podido ver en el giallo italiano.

Por desgracia Phenomena fue censurada en muchos países. El montaje original dura casi dos horas pero fue reducido a 82 minutos en la versión que se comercializó en Estados Unidos. En España se ha editado varias veces usando distintos montajes, pero nunca el original. La única forma de verla íntegra es... ya sabéis ;)
Hajime Saito
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7
5 de diciembre de 2008
31 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
Opera prima de Michele Soavi; director italiano de culto -hoy rebajado a realizador de telefilms- que entre finales de los ochenta y principios de los noventa, dirigió cuatro películas de terror bastante peculiares.

A mediados de la década de los ochenta había comenzado el declive del giallo y del cine de terror italiano en general. Mario Bava había fallecido. Dario Argento tras dirigir la infravalorada “Phenomena”, presentaba la muy discreta “Terror en la Ópera”. Fulci por su parte realizaría sus últimas películas, la mayoría de ellas bastante mediocres.
Entre lo poco destacable de la segunda mitad de esta década, se encuentra este curioso “slasher” que a través de un guión sencillo y funcional, retoma los valores estéticos del cine giallo y también algunos de sus consabidos defectos, a los que afortunadamente consigue sobreponerse con creces.

El film arranca con una escena espectacular, tras la cual se nos presenta rápidamente a los personajes, todos ellos trazados de forma desdibujada pero con un rasgo común: se trata de un grupo de perdedores; mediocres profesionales del mundo del teatro que nunca han conseguido triunfar, y que para ir saliendo adelante están participando en una delirante obra de lo más "kitsch" y hortera. El azar hará que al director, en un arrebato de oportunismo, se le ocurra un plan para potenciar el éxito de la obra, dando esto lugar a funestas consecuencias. A partir de aquí, la historia se desarrolla de forma lineal, recurriendo bastante a los típicos clichés del género. Pero en este tipo de films el guión no es lo más importante. Es la puesta en escena, la composición de planos, la creación de atmósferas recargadas y opresivas… en definitiva, la brillante imaginería visual, lo que convierte a estas películas en objeto de revisión, hoy que el cine de terror está más devaluado que nunca.

Con su ópera prima, Soavi se reveló como un alumno aventajado de Dario Argento (por aquel entonces, ya había trabajado con él como asistente durante los rodajes de “Ténebre” y “Phenomena”), tomando prestados varios elementos del cine de éste, como el uso de la cámara subjetiva o de decorados de aspecto siniestro, tales como los típicos maniquíes que tanto aparecen en los giallos.
Siendo ésta la película más convencional de las cuatro que dirigió Soavi en aquella época, no deja de contener detalles muy llamativos, como la extrema brutalidad y crueldad de algunas secuencias, o las curiosas pinceladas de surrealismo macabro, que se convertirían en una constante durante su corta etapa como director de cine de terror.
Hajime Saito
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