Comencé a ver esta película con la esperanza de ver algo estupendo y fuera de lo común, dadas las excelentes críticas que había leído sobre la misma. Me equivoqué, puede ser que la viera en un mal día.
La cinta me pareció insulsa, larga, aburrida y terriblemente lenta. El protagonista no es un ser atractivo en ningún aspecto y la voz que suena por el ordenador es, en ocasiones, bastante irritable.
El resumen es: hombre solo, aburrido y depresivo se compra un sistema operativo que tiene voz de mujer. Hablan tanto que terminan enamorándose el uno del otro (sí, como lo lees). El hombre se enamora del sistema operativo y el sistema operativo (con voz de mujer) se enamora del hombre.
No, no es una comedia, más bien es un drama en el que se habla mucho, muchísimo, y la acción es inexistente. Al estilo de aquellas soporíferas películas europeas de décadas pasadas.
No voy a meter ningún spoiler porque no pude terminar de verla. Tal fue el aburrimiento y desinterés que sentí que opté por perderme el final y es que ese final, en cualquiera de sus previsibles variantes, me importaba un pimiento.
A destacar el momento de sexo virtual entre el protagonista y el sistema operativo. Hacía tiempo que no sentía tanta vergüenza ajena, el diálogo es para enmarcarlo y después arrojarlo al fuego.

Anoche volví a ver esta película que repusieron en TVE con motivo del fallecimiento de Dunia Ayaso.
Ha pasado más de una década desde su estreno y parece que no pasan los años por esta entretenidísima cinta, que puede presumir de tener unos de los guiones más graciosos e inteligentes del cine español. Está contada e interpretada como si se tratase de una obra de teatro. Esto tiene sus pros y sus contras, ya que hay gente que no ha sabido entender esta forma de contar la historia según algunos eruditos a los que he podido leer por aquí.
Las interpretaciones de los actores y actrices son magníficas, a excepción de alguna actriz que puede desentonar ligeramente (Lucina Gil) y algún presentador metido a actor que también anda un poco flojo (Caparrós). El resto del reparto es espectacular.
Discrepo con algún comentario que dice que el colectivo homosexual se debe sentir ofendidísimo por esta película. Nada más lejos de la verdad. Es precisamente a los homosexuales a quienes "nos" suele gustar más este film. Precisamente porque tenemos un gran sentido del humor. Esta cinta no es hiriente, ni desprestigia a nadie.
Seguro que muchos directores premiadísimos hubiesen querido hacer algo de este calibre, que engancha y divierte al espectador de principio a fin. Lamentablemente, estos directores, premiadísimos, lo único que consiguen es adormecer al espectador, contando historias "series y profundas", que lamentablemente no interesan a nadie más que a su propio ego.
Sigo en spoiler.

Dos horas y media interminables de película en la que pasa el tiempo sin pasar nada más. Lenta, agónica, con una interpretación de Ryan Gosling que bien podría haber realizado un maniquí, la expresividad hubiese sido la misma así como la falta de ritmo. Lo peor es que esta falta de ritmo parece que Gosling se la ha trasladado también a Harrison Ford, copiando silencios y pausas interminables (así ya se puede hacer fácilmente un filme de dos horas y media, a base de silencios y pausas).
El 3D de esta película es completamente prescindible, yo diría que es muy preferible ver la versión 2D puesto que si la imagen es muy oscura, como en esta película, y encima te tienes que poner esas gafas que te oscurecen todavía más la visión, pues apaga y vámonos. Particularmente me vi obligado en bastantes ocasiones a quitarme las gafas 3D porque me parecía agobiante tratar de ver muchas cosas sin verlas. Las escenas que no están en penumbra y prácticamente fuera de foco están grabadas en tonos amarillentos. Uno sale del cine con una especie de claustrofobia.
El argumento..., es que ni siquiera me apetece hablar de él de absurdo y soso que me pareció.

Por desgracia en este país, como en muchos otros, los gustos de los encargados de valorar las películas en los certámenes y festivales, discurren por sendas muy alejadas de los gustos del público en general.
El principal objetivo que debe tener una película es ser entretenida y que consiga evadir a quien la mira durante todo su metraje. Así como que transmita algún tipo de emoción.
Esta película se me hizo larga, eterna. Me contó una historia que no me interesaba lo más mínimo: la historia de un aburrido maestro en busca de un corrector de textos en inglés, que resulta ser John Lennon. Este maestro, en su viaje en busca de John Lennon, se cruza en su camino con una joven, de cuyo pasado no conocemos nada ni nos interesa y que le acompañará a Almería. Estos dos anodinos personajes conocen a un anodino chico y los tres parten en un anodino viaje hasta un paraje que pareciera el culo del mundo.
Así discurre la película hasta llegar al clímax. Lo del clímax es un decir porque no existe tal. Toda la película es plana, sin ningún albitajo a excepción de algún toque de desasosiego que aportan unos metepatas en la tasca del ¿pueblo? Pero que no aporta prácticamente nada a la película.
Terriblemente desaprovechado el viaje en coche hasta Almería. No se nos muestran paisajes, ni carreteras interminables tipo Road Movie. Todo el viaje se hace desde dentro del vehículo, con unos diálogos (casi diría yo monólogos del protagonista) que no tienen ningún interés. Los "chistes" están mal realizados, no tienen gracia.
En fin, le he puesto un cuatro porque la factura es buena, tiene calidad en la filmación, pero la historia no me interesa lo más mínimo.

La verdad es que me he quedado un poco decepcionado con esta película. Después de ver "Carmina o revienta", esta segunda entrega me hace echar de menos las situaciones de aquélla.
"Carmina y amén", en mi opinión, resulta mucho menos graciosa. Abusa de diálogos que realmente no aportan gran cosa a la trama. Durante los primeros minutos la cámara resulta torpe en sus movimientos y el acento cerrado de los actores hace que alguna frases no se entiendan completamente.
Yo, que soy un gran admirador de esta Carmina Barrios, sólo me he reído en una ocasión: el momento Lady Gaga. Todo lo demás me ha parecido un gran drama.
La actuación de Carmina Barrios, como ya nos tiene acostumbrados, magnífica, aunque en los diálogos no la veo tan potente como en la primera entrega. Ella solita salva la película.
Sin embargo a María Barrios la he visto con altibajos. En alguna escena se excede, como si quisiera chupar cámara y no salir jamás del plano y en otras está estupenda y en su punto. Un montaje adecuado habría solucionado lo primero.
Durante todo el metraje he echado de menos más exteriores, que le habrían dado un toque más fresco y menos claustrofóbico.
Dado que pienso verla de nuevo, considero que es una buena película, aunque en ocasiones me haya parecido lenta. En cualquier caso, me parece una cinta interesante.