Cultiva muy bien el género de terror, tal y como debe ser a mi gusto, combinando el terror con el miedo psicológico. Una película con la que tuve pesadillas por culpa de la escena de las gemelas, y que marcó mi infancia. Esta película sí que da miedo de verdad, y así deberían ser las que pretendan meter miedo de verdad y no las porquerías de ahora, que siempre recurren a lo mismo. La versión con Jack Nicholson y resto de protagonistas, es la que más me gusta, y no la del otro actor. Pienso que deberían tomar muy buena nota de esta pedazo de película los directores de las películas de terror que se rueden. Jack Nicholson borda su papel como vigilante del hotel, que va perdiendo la cordura a medida que avanza la trama, con lo que pasa de ser un padre normal y bueno, a un malo más, apoderado del terror y pánico de vivir en el lugar endemoniado de trabajo. Por ejemplo, cuando escribe informes sin sentido en su máquina de escribir, y la esposa se ve descubierta por él al verse envuelta en el pánico de descubrir que su marido se había vuelto loco, con lo que consigue ser un sospechoso más en la película, recurso que deberían utilizar más en las películas, para confundir al público. La música, muy buena, te consigue sumergir en un ambiente de tensión.