24 es una serie que revolucionó el mundo de la televisión, esta afirmación que puede parecer una boutade no lo es si tenemos a bien analizar sus principales innovaciones: historia que transcurre en tiempo real, diferentes puntos de vista y cruces de personajes a lo largo de cada temporada con la división múltiple de la pantalla y por supuesto volver a poner en danza el tan manido recurso del cliffhanger (o continuará), escena o punto de inflexión de gran relevancia que deja la historia en suspense hasta el siguiente capítulo, que se convirtió en la auténtica marca de la casa en la gran mayoría de los episodios.

Jack Bauer (Kiefer Sutherland) uno de los tipos más duros de la historia de la caja catódica es un agente de la UAT (Unidad Antiterrorista) que deberá afrontar amenazas a nivel mundial que se resolverán en el tiempo límite de un día completo (como ya he mencionado en tiempo casi real, el tiempo sobrante de los 40 minutos que dura un episodio a los 60 que conforman una hora transcurren en los cortes para publicidad).

A continuación un pequeño resumen por temporada (puede contener SPOILERS):

- Temporada 1: Un grupo terrorista (liderado por Victor Drazen, interpretado por el grandísimo Dennis Hopper) orquesta en las sombras el asesinato de David Palmer (Dennis Haysbert) uno de los más firmes candidatos a la presidencia de los EE.UU. Jack frustra la operación a costa de descubrir que su amante Nina Myers es una traidora y asesina a su mujer (embarazada) única testigo.

- Temporada 2: El presidente Palmer vuelve a necesitar de los servicios de la UAT para desmantelar una bomba nuclear en la ciudad de Los Ángeles. En esta temporada se profundiza más en los secundarios como Kim Bauer hija de Jack (la guapísima Elisha Cuthbert), Tony Almeida (Carlos Bernard), Michelle Dessler (Reiko Aylesworth)… siendo el antagonista un magnate del petróleo que movió los hilos en beneficio propio: Peter Kingsley (interpretado por el maquiavélico Tobin Bell).

- Temporada 3: En este día asistimos a dos hilos argumentales uno de ellos la liberación del virus Cordilla en territorio americano y el otro los movimientos en la sombra del entorno del presidente Palmer que le costarán a la postre su dimisión. Cabe destacar el creciente protagonismo de Chloe O'Brian (Mary Lynn Rajskub) uno de los personajes favoritos del fandom. Como hechos destacables: un desatado Jack asesina a sangre fría a Nina y ejecuta (empujado por las circunstancias) a su propio jefe Ryan Chappelle.

- Temporada 4: Tras el secuestro del secretario Heller y su hija Audrey (dos de los personajes fundamentales para el resto de la serie) se esconde un planificado ataque terrorista contra la ciudad de Los Ángeles por una célula terrorista islámica (liderada por Habib Marwan a quien da vida Arnold Vosloo). Jack consigue derrocar el plan de ataque nuclear quedando enfrentado al gobierno chino y a su propia gente, al final finge su muerte.

- Temporada 5: Unos terroristas rusos roban un mortal gas neurotóxico, el Sentox-BX con el fin de liberarlo mientras alguien está eliminando al entorno más cercano de Jack, lo que fuerza a salir de su retiro. Como hechos principales contamos con el asesinato de David Palmer y el descubrimiento de la mente en las sombras, el actual presidente Charles Logan (Gregory Itzin).

- Temporada 6: EE.UU. sufre una oleada de ataques suicidas con diferentes protagonistas implicados, como el ejército ruso, el chino y una inquietante revelación: la familia Bauer (el hermano y el padre de Jack).

- 24: Redemption: Película estrenada en cines que narra los acontecimientos vividos por Jack, tras volver a ponerse en fuga, en la provincia de Sangala (África), quien debe enfrentarse a unos mercenarios que raptan niños para militarizarlos, encabezados por el temible coronel Dubaku.

- Temporada 7: Tras los acontecimientos transcurridos en Sangala, unos militares rebeldes se infiltran en la misma Casa Blanca para asestar un golpe mortal a la estructura militar y política de los EE.UU. Nuevos personajes entran en liza como la presidenta Allison Taylor (Cherry Jones) y Renee Walker (Annie Wersching). Cabe destacar la vuelta del desaparecido Tony Almeida (y su posterior traición por venganza).

- Temporada 8: El asesinato de un presidente de una provincia que hace las veces de Irán, firme apostante por la paz mundial en la ONU desencadena una serie de acontecimientos que desembocarán en un plan orquestado por el gobierno ruso. En esta temporada contamos con la participación de los discutidos Freddie Prinze Jr. y Katee Sackhoff.

Una espectacular serie de acción con más de un momento para el recuerdo y una curiosa visión del panorama socio-político actual (han tocado temáticas candentes aún hoy en día, como la corrupción interna de una potencia mundial como EE.UU., la proliferación de ataques terroristas de células durmientes o el establecimiento como potencias de Rusia y China).

Aunque puede llegar a cansar en determinados momentos, merece la pena solo por ver a Jack Bauer en su salsa: “Soy el agente federal Jack Bauer. Éste es el día más largo de mi vida”.

He de reconocer que todas las películas que vienen abrazadas a la etiqueta “basada en hechos reales” hace que arquee mi ceja, normalmente o son muy edulcoradas o se distancian medianamente del hecho que pretende narrarnos.

Esta cinta nos trae una historia muy interesante de cómo un grupo de pequeños inversores plantaron cara al coloso inversor de Wall Street con su apoyo continuo a una pequeña empresa dedicada a videojuegos (principalmente intercambio, venta de accesorios y segunda mano).

La moraleja está clara: la democratización de entornos tan hostiles y viciados como el mercado de inversión debería asegurar que el ciudadano medio tuviera la posibilidad de acceder a él y no encontrarse con mil trabas subversivas orquestadas por gigantescas corporaciones multinacionales que lo único que buscan es cerrar el coto para que sea un parque privado donde sólo un grupo exclusivo de miembros puede participar de sus réditos.

Craig Gillespie que es un director que conjuga a la perfección su narrativa con humor y drama (muestra de ello son “Yo, Tonya” o “Lars y una chica de verdad”), construye la trama con información precisa, pero sin sobrecargar el espectador, por momentos es gracioso, por momentos didáctico…

El elenco está plagado de rostros conocidos: Paul Dano se hace con el protagónico aportando esa extraña actitud que desprende que le viene de perlas al personaje, Pete Davidson hace de su hermano (y de sí mismo), America Ferrara pone el rostro una vez más a esa América trabajadora de orígenes latinos y a Shailene Woodley se le echan en falta más escenas de peso, pero aporta naturalidad y encanto.

En la balanza de los antagonistas contamos con auténticos colosos del humor: Seth Rogen y Nick Offerman bordan sus papeles, y actores con la solvencia de Vincent D'Onofrio o Sebastian Stan dotan al conjunto de un puntito de calidad que se agradece.

No es la película del año, obviamente, pero entretiene y en ella subyace un mensaje de optimismo y unidad que siempre conviene reivindicar.

Pongámonos en antecedentes, el film se estrenó en 1971 en la que podríamos denominar la etapa de decadencia de la maravillosa productora Hammer, no en vano los expertos fijan 1974 como el año del comienzo del fin cuando se estrenó la incomprendida “Capitán Kronos, cazador de vampiros”.

Estamos, por lo tanto, en un momento en el que el público no demanda el mismo terror ni las mismas historias que hace un par de décadas, ha evolucionado y ya no se sorprende con las adaptaciones de monstruos clásicas aderezadas con toques de violencia, sexualidad y ese espíritu barroco que revolucionó el género.

Para esta “Dr. Jekyll y su hermana Hyde” contamos con Roy Ward Baker que en esta ocasión juega sus cartas con gran habilidad, para mí estamos hablando de su film más importante junto a “Las amantes del vampiro”, el artesano configura una explosiva mezcla de géneros que cubren desde Jack el destripador a Frankenstein y los doctores locos, tamizados con unas pizquitas de los ladrones de cadáveres y por supuesto, Jekyll & Hyde, núcleo central de la historia.

Además, se presentan varias temáticas sumamente incómodas para la época, como la dualidad sexual del protagonista (hermafroditismo), el cambio de géneros (transexualidad), cierta homosexualidad latente, que se proyecta en las actuaciones de Jekyll cuando es su hermana quien toma los mandos, una versión fémina y totalmente maléfica del buen doctor que hace suya de una manera genial Martine Beswick.

Ralph Bates como protagonista defiende con solvencia su papel, haciendo suyo un personaje que transmite egoísmo y ambición a partes iguales, en su desenfrenada búsqueda de la fórmula de la inmortalidad.

Es un pastiche, sí, como casi todas las producciones de la Hammer, pero es tal la mezcla de géneros y cuenta con un guion tan original y avanzado a su tiempo, que es difícil no quitarse el sombrero ante semejante rara avis.

Un cocktail que no dejará a nadie impasible.

Hal Ashby, uno de los más personales directores de la década de los 70, nos regala una verdadera joyita con alma de road movie, un tratado sobre amistad y un profundo estudio de caracteres que aparentemente queda disfrazado bajo un ambiente cómico e iniciático. Entregó “El Último Deber” justo después de esa obra maestra (incomprendida y vilipendiada a partes iguales pero grandiosa) que fue “Harold y Maude” y antes de otras perlas como “Esta Tierra es mi Tierra”, “El Regreso” y sobre todo “Bienvenido Mr. Chance”.

El guion del colosal Robert Towne es sencillo pero directo, presenta tres caracteres dispares y va desarrollando sus personalidades a través del viaje que ocupa el metraje íntegro del film.

En la faceta interpretativa tenemos a un más que correcto Otis Young, a un jovencísimo y casi irreconocible Randy Quaid (nominación a los Oscar incluida) y un actor que es el verdadero faro de la película, esa auténtica bestia de la interpretación que parece deambular por cada minuto de metraje devorando con su mera presencia cualquier atisbo de aburrimiento, estoy hablando como no puede ser de otra forma del grandísimo Jack Nicholson en la que es desde luego una de sus mejores interpretaciones (y una de las menos reconocidas).

Solo por ver a Nicholson derrochando carisma escénico y presencia a raudales merece la pena darle una oportunidad, pero además el film cuenta con más alicientes que hacen que su visionado se convierta en una experiencia más que recomendable.

Difícil tarea se le presentó a un para mí desconocido Philip Haas, y es que adaptar una novela siempre implica ciertas complicaciones y si es de un escritor tan personal y propenso a las figuras literarias, situaciones oníricas y con un mundo tan vasto y particular como Austen la tarea es aún más ardua. En ese sentido podemos afirmar que Haas ha salido vivo del envite y no solo eso, sino que además ha conseguido una obra sinuosa y que capta, en términos generales, la esencia de la novela.

El apartado actoral correcto, destaca un contenido (y casi irreconocible) James Spader y el trío de venerables actores M. Emmet Walsh, Charles Durning y Joel Grey (estos dos últimos en especial forman una extraña pareja por momentos cómica, por momentos terrorífica). El resto del reparto no desentona aunque tampoco destaca: Mandy Patinkin y Samantha Mathis correctos sin más y casi un cameo testimonial de Chris Penn.

No profundizaré en la historia ya que recomiendo encarecidamente la lectura de libro, pero si afirmo que es una de las historias más desesperantes y desarraigadas que he leído en mi vida no mentiré, y el film de Haas le hace justicia.

Recomendable para fans de Auster en general y lectores de “La Música del Azar” en particular.