La película se filmó en Canadá en un período de 8 a 10 semanas y se estrenó en mayo del 2008 en el virginal festival de Cannes causando un tremendo alboroto entre los asistentes (deserciones, insultos, etc). También se rumorea que en el festival de Sitges una treintena de personas abandonaron la proyección y hasta una de ellas “echó la pota” a causa de sus escenas de violencia explícita.

Martyrs es considerada como una de las mejores películas de terror de la década que se fundamenta en la justificación del uso de la violencia física y psicológica para alcanzar un fin “religioso”, por así decirlo.

Y es que Martyrs posee una imperceptible fuerza, que para bien o para mal, uno llega a encarnar el sufrimiento que padece nuestra protagonista. Hasta el punto de estremecerte con cada sonido que emite una simple escalera desplegándose hacia el suelo ya que se intuye que ese inocente ruido metálico acabara con una nueva paliza propinada por los secuestradores. Me refiero a los polémicos minutos finales.

Martyrs es una película difícil de ver por sus altas y contundentes, pero justificadas, escenas de violencia. Todo este contenido ha causado un verdadero escollo en su distribución tanto en cines (en USA será direct-to-video) como en su venta en formato DVD o Bluray. España simplemente ni la olerá, si es que no se tira de “Ebay”para adquirirla. Tampoco está doblada al castellano o sea que si no se domina el francés “beaucoup de mucho”; el antiguo subtítulo será nuestro principal aliado.

Estaremos alerta con el atroz remake americano con los rumores de que Kristen Stewart podría protagonizarlo. Se sabe que a más de uno le gustaría ver a la actriz martirizada.

Fascinante historia sobre una casa de muñecas donde una niña encuentra algo que no tendría que estar dentro de ese juguete. Una misteriosa cabeza de muerto irrumpe en la casa de juguete provocando el miedo en las figuras que la moran. La niña no puede sacar la cabeza de la casa porque se convierte en real.

Uno de las mejores relatos de la nueva era Creepshow perpetrada por Greg Nicotero, aquel señor que dilapidó The Walking Dead. El capítulo mantiene el misterio y la cámara juega con las distintas habitaciones de la casa de juguete, emulando las viñetas de cómic que podemos ver en un tebeo. Chirría su final simplón pero que vamos a hacer ya que el minutaje de estos capítuloes escaso.

Como anécdota, para combatir la maldición de la cabeza embrujada, la niña introduce nuevos elementos en la casa pero sin éxito. Una de las figuras nuevas que coloca es un indio que es idéntico al del capítulo Viejo Jefe Cabeza de Madera en claro homenaje a Creepshow II.
También se puede observar a la original Annabelle en la tienda de figuras y la cabeza me recuerda muchísimo a la testa utilizada en el videojuego Monkey Island I.
Episodio dirigido por John Harrison que fue asistente de Romero en el primer Creesphow y protagonizada por Cailey Fleming (THe Walking Dead).
Historia original muy recomendable.

A veces en la vida, es mejor dejar las cosas donde están, en lo alto, en la cima de la tollina como lo es la gloriosa Kickboxer (1989) del maestro Van Damme y Michel Qissi. Por cierto, este último hace un cameo bastante curioso en la escena de la cárcel.

Cuando uno empieza a ver este reboot ya nota esa textura de película de mediodía hecha con desgana y celeridad. Dejarme recordar con vosotros esa escena donde pelean encima de unos elefantes y donde el cartón piedra se muestra sin disimulo. Decían en un foro que Dhalsim en el videojuego tenía elefantes en su escenario más reales que los que aparecen en la película.

Los diálogos son una broma, sobre todo los de Tong Po, que espeta dos palabras en toda la cinta y transmite un dominio del Muay Thai de igual manera que yo sé de la teoría de cuerdas. O sea, nulo. Se sustituye la música asiática por rap, hip hop y resto, regalando un halo cutre latente y el portentoso y mítico entreno de la Kickboxer original, es sustituido por escenas salteadas e intercaladas en un coito de nuestro protagonista con una policía de 90-60-90. Vamos, lo de toda la vida.

Aún así, no queremos ver una película de Woody Allen en Kickboxer (ni por asomo) porque lo que nos interesa en esta ocasión son los mecos. Sin embargo, los mecos están horriblemente coreografiados, con unos cortes bruscos de cámara que el espectador no entenderá nada y con unas acrobacias tan forzadas que uno no sabe si está en el circo. ¿Tanto cuesta filmar como Isaac Florentine en las fantásticas Invicto? Se ve que sí.

Lo mejor de la cinta es la celebérrima presencia de nuestro Van Damme aunque poco pueda aportar y nuestro protagonista Alain Moussi que se le notan tablas en el combate pero que las coreografías y el estilo de filmar no le ayudan nada. En fin, tampoco se esperaba mucho ya que es una cinta de “canal de pago” pero sí algo con un poquito más de gracia. Ya verá fiel lector, en breve Bloodsport, tiempo al tiempo.

Empezar mi opinión que soy un usuario que se divierte con películas como la Horca (2015) o Así en la tierra como en el infierno (2014). Si la película me entra en barriga como navaja de Albacete me da lo mismo que sea en “found footage”, en plano cenital o que sea el doceavo remake.

Normalmente, este tipo de género siempre empieza igual, con una introducción tediosa y con algún contenido sexual bastante descartable. El problema se halla cuando la película posee un metraje de hora y veinte y se filma una introducción de una hora. Y cuando el espectador se ha armado de paciencia y relaja su esfínter para tragarse un asustadizo tramo final, se encuentra en que Willow Creek, ofrece quince minutos de escena en el interior de una tienda de campaña. Todo esto con sus golpes y sonidos guturales en el exterior visto ya en la original Bruja de Blair del año de la castaña.

Como aspectos muy potables, están la pareja de actores, sobre todo el personaje femenino que transmite sólo con su rostro que aquello no es una jornada divertida de trekking sino que se han equivocado de lugar de viaje. También, en esa hora de parafernalia inicial, vemos como el pueblo le ha sacado partido a la aparición del Bigfoot en el 1967 y vende hamburguesas con forma de pie Bigfoot y vemos multitud de dibujos y pinturas de tal célebre criatura. Pero nada más. El Bigfoot imaginároslo en vuestra cabeza porque no veréis nada más.
Como dato curioso, el director de tal tropelía es el actor de la saga Loca Academia de la Policía llamado Zed. Ese divertido personaje que hacía la conversión de ladrón a policía.

Personalmente, el fenómeno Bigfoot merece un mejor homenaje y hubiera sido genial, rodar una película de ficción con los personajes de Patterson y Gimli y su mítico encuentro con tal simiesco animal.

Tengo la sensación de que cuando hay un film donde el asesino deja pistas y unos policías van detrás de ellas son inmediatamente catalogadas como copias (malas) de Seven; como si la película de Fincher fuera el “Big Bang” del género. Seven es una obra de arte pero bebe del suspense de Hitchcock y se muestra ligeramente influenciada por el silencio de los corderos (1991) y no por esta razón Seven es una copia de alguna obra del director londinense. El Coleccionista de huesos y Seven tienen el mismo esquema argumental (asesino, pistas, detectives) sin embargo, en esencia son desiguales empezando por la base de que la película de Noyce proviene de una novela y la de Fincher nace de un guión original, fuente que dificulta la copia de una con la otra.

El Coleccionista de huesos es un entretenido thriller y de suspense dirigido por el australiano Phillip Noyce, firmante de películas como Peligro Inminente y Juego de Patriotas, que nos demuestra que el transmitir intriga e interés por una historia lo lleva bastante por la mano.
Las capacidades de nuestra pareja protagonista se combinan con acierto ya que se compone por un experto y condecorado criminólogo con tetraplejía (Denzel Washington) y una policía novata con el don del entusiasmo y de la perspicacia (Angelina Jolie). Juntos trabajarán en sinergia acentuando sus virtudes para poder ir resolviendo los diferentes puzles que nos regalará nuestro serial killer de turno. El personaje de Denzel Washington se adjudicaría el rol de cerebro de la operación que guía desde su cama en la que está postrado al personaje de Angelina Jolie que es la agente que trabaja directamente en la escena del crimen.

Esta película está dirigida al espectador/a que le fascine el género policiaco y la temática de los asesinos en serie y sobretodo para quienes quieran pasar un rato entretenido sin buscarle las cosquillas a todo lo que le rodea ya que no es una película perfecta, le falta un poco de ritmo y no contiene ningún momento emblemático que se recuerde a posteriori. Sin embargo, en general el Coleccionista de huesos es un buen film y se consume rápido.

Por último para no desentonar con la crítica general, te gustará menos que Seven (1995) pero te gustará más que Resurreción (1999) estrenada el mismo año.