Equilibrium (2002) es una de las muchas películas de ciencia ficción, que a pesar de que no fue un éxito de taquilla y en su momento recibir unas voraces críticas de profesionales que practican el onanismo con Ciudadano Kane (1941), el paso de los años y el boca a boca han hecho que Equilibrium se convierta en una película de culto por méritos propios. Me recuerda a Dark City de Alex Proyas (EL Cuervo, Yo robot).

El film se basa en una sociedad harta de dolor y de guerras, y se deja guiar por un régimen totalitario que subministra una especie de droga a la población para que no experimente ningún tipo de emoción pero como ya pasaba en Star Wars, hay una resistencia que siente y padece y un cuerpo de élite llamado Tetra Grammaton que son una especie de ninjas llamados clérigos con muy mala leche que intentan que no prospere esta resistencia.

Christian Bale interpreta a John Preston, el mejor clérigo del cuerpo Tetra Grammaton, y cumple su propósito sin rechistar pero la muerte de su compañero clérigo, Sean Bean y diversas situaciones más que no voy a "spoilear, deja de tomar su dosis de prozium y se empieza a liar parda.

Las actuaciones son magistrales y la banda sonora, estilo grupo musical Enigma, da el pego pero por lo que destaca es por sus impresionantes tiroteos muy estilo matrix y es que en mi opinión, la inexplicable mala crítica de esta película fue porque cayó entre la trilogía de Matrix que revolucióno la ciencia ficción. Matrix en el género de la ciencia ficción es como Jesucristo, antes de Matrix o después de Matrix, no hay más.

Estos grandes tiroteos se basan en una especialidad marcial del Tetra Grammaton llamada "Gun Kata", que consiste en una serie de movimientos letales con armas de fuego que se inventó el director en el jardín de su casa,no es broma.

El inicio de la película es impresionante y la pelea final entre Bale y Macfadyen utilizando el denominado "Gun Kata" es espectacular.

El reparto es de lujo con Christian Bale que es una actorazo aunque monte pollos cuando rodó Terminator 4 y se le vaya la mano con su familia; Sean Bean, el señor de Invernalia en Juego de Tronos y Angus macfadyen, que interpreta a Robert Bruce en Braveheart.

Es una gran película denostada injustamente y solo se puede encontrar en inglés subtitulado o en latino estilo serie Marvel de los 80 que echaban por la tele porque no llegó a España.

Ya tenemos una Michael Myers o Jason Voorhees pero en versión niña de la casa de la pradera.

Gran sorpresa que me he llevado con esta película que trata de una entrañable familia compuesta por un cornudo marido, una esposa ex alcohólica, una niña sordomuda que la podrían fichar para la segunda parte de Kick-Ass (cría realmente encantadora y valiente) y el hijo, un aterrorizado "teenager".

Familia marcada por la tragedia por la pérdida de una hija no-nato se decide a adoptar una niñita vestida por Ágata Ruiz de la Prada pero con una mala leche latente en todo el film.

Es una gran película de misterio, de angustia y de terror donde veremos quien es en realidad Esther, la niña mala, en los minutos finales; cosa que gusta y que atrae al público sencillo como yo.
Los actores bordan su cometido a la perfección pero como no, destaco la interpretación de la "Huérfana" donde su carácter manipulador llega a traspasar la pantalla y llegas a ser cómplice de sus desvaríos hasta que en los minutos finales descubres que...

Es una gran película y que por hacer un símil, esta película es mucho mejor que expediente 39 que más o menos comparten misma temática.

Altamente recomendable.

No sé que pasa pero parece que todo lo que toca el Sr. Eastwood es bueno y de calidad. También parece que hacer una mala crítica de este hombre signifique que venga mañana a tu casa a apuntarte con su Magnum del calibre 44 como en Harry el Sucio. Todo son flores.

Pero siempre hay una oveja descarriada y afirmo que esta película es horrible.

Las escenas de guerra són llanas y es que para ser una película bélica hasta sobran estas escenas. No aportan nada, me dan ganas hasta de ir a la guerra de lo bien que se lo pasan porque no pasa nada. En resumen, le falta carga emotiva, más casquería, más crudeza entre los soldados, más lo que fue en realidad aquello...más real. Platoon, Apocalipsy Now, Cuando eramos soldados,Cháqueta metálica, Sargento de hierro (tiene "memoles"),la colina de la hamburguesa y Salvar al soldado Ryan le dan cuatro palos a esta película y seguro que tienen puntuación más baja.

En resumen, la película en su totalidad se basa en una pelea de colegio para averiguar quien puso las banderas en el peñón. Unos dicen que ellos, otros dicen que no, otros se arrepienten de mentir y beben, otros... y así sucesivamente. Es como el "Diario de Noa" pero a lo bélico.

Pero cuidado es de Eastwood.

Reposeída es una reliquia del humor absurdo que tras el paso de los años ha ganado en simpatía y en nostalgia a partes iguales. Esta cinta estaría catalogada en un nivel intermedio entre las obras de arte como Agárralo como puedas y otras obras magnas de los ZAZ; y aquellas bazofias de ahora que terminan en "movie". Podría formar grupo con aquellas películas de humor absurdo de segunda categoría junto las muy aceptables Espía como Puedas o Vaya un Fugitivo, y es que no hay mezcla más rara y ecléctica que agrupar a Linda Blair y Leslie Nielsen para realizar esta poco conocida comedia absurda.

Según datos, sólo la emitieron un par de veces a principios de los 90 por aquel canal de Mordor, llamado Telecinco, por esta razón Reposeída esta cerca de transformarse en una película de culto freak que quién tenga la suerte de poseerla en VHS, recomiendo que la guarde unos años porque su precio aumentará considerablemente.

Esta parodia del Exorcista y oda cachonda a la religión contiene un estilo visual muy Aterriza como puedas o Agárralo como puedas pero con menor fortuna ya que consta de bastantes gags demasiado "tontunos" y a veces muy dedicados y específicos a escándalos estadounidenses. En plata, que muchos de los gags si no has seguido el New York Times toda tu vida te pasarán desapercibidos. Sin embargo, evoca un aire ochentero innegable y escenas como la del entrenamiento a lo Rocky de Leslie Nielsen, el estudiante tocapelotas, los certificados de posesión o las colas para aquellos que tengan menos de ocho pecados, convierten a Reposeída en uno de aquellos clásicos "freaks" que amarás en silencio como una simpática hemorroide.

Reposeída tiene mi virginal apoyo.

El sabor de la sandía es una horrible comedia erótica considerada por muchos individuos con pantalón de pana, como una gran película de culto. Esta oda taiwanesa al surrealismo más voraz podría haberse titulado el sabor de la sandez pero no deja de ser una cinta original y hará las delicias de aquellos consumidores de contenido visual que se deleiten con cintas como la gran el Perro Mongol doblada al iraní.

Sin duda, estaríamos hablando de un film softcore (porno blando) ya que se visualizan actos sexuales, onanismos varios y raros y un par o tres de facials cums, con uno de ellos en la conclusión de la película, realmente espectacular. Ese final consta de una brutal deep throat donde un servidor inexperto ve en aquella escena una violación oral y sin avisar en toda regla mientras otro público con la misma escena contempla una declaración de amor prohibido entre los protagonistas.
En ese inicio prometedor, también aparece nuestra protagonista femenina delante de un televisor. El audio del aparato nos introducirá en la historia y nos explicará que hay una sequía de gran magnitud y que se privará a la población de agua corriente. La sandía es la solución. También es curioso como el gobierno estimula el uso de la sandía como medio de comunicación. Si ofreces una sandía pequeña y amarilla a otra persona es que sólo sois amigos pero si es una sandía grande y roja, aquella noche mojas. Pronto me veo entregando lombardas para realizar cópulas.

Tanto las escenas surrealistas como la metodología de su director al rodar, llegan a exasperar hasta a un muerto como aquella secuencia musical donde él lleva un gorro en forma de pene o el uso de interminables planos fijos con la cámara colocada en pasillos, ventanas o cajas y sin que suceda absolutamente nada; o aquellos planos a pies y sombras. Su director Tsai Ming-Liang se jacta que en su filmografía nunca ha usado guión ni storyboards ni ná (pa qué) y si uno visiona el Sabor de la Sandía verá que esta afirmación es lo único lógico de la película.

En conclusión, el Sabor de la Sandía es un film experimental y pretencioso que consigue colmar al espectador de un aburrimiento exacerbado. Sin embargo el apoyo de la crítica y los diversos premios que ha recibido la han elevado a un culto incomprendido secundada por un público igual de incomprendido. Quizás para revistas como Cahiers du Cinema o cinéfilos que pueden ver en un bidé y una esponja una trágica historia de amor puedan disfrutar de esta película pero para un público empírico y soñador sin llegar a cotas ridículas, les será más entretenido ver un entrenamiento de la selección de Turkmenistán.