James Wan es un grande del género de terror. Es capaz de crear una obra maestra como "Saw" y a la vez un bodrio como Death Silence, pero su estilo es único.

Con "Insidious: Capítulo 2" nos presenta una secuela innecesaria de la regular primera parte. Aún así, consigue hacer algo que su predecesora no llegó ni a rozar: meter al espectador en una tensión constante. Así pues, se abandonan los sustos fáciles y se redirige el film hacía el suspense. Y lo hace de maravilla.

Su trama también ha evolucionado: ahora sí tiene sentido, y despeja muchas dudas a la par que muestra algunos giros de guión interesantes.
Un Patrick Wilson en estado de gracia y un ambiente "old school" flotando etéreamente de principio a fin se encargan de aderezar el contenido.

No obstante, tiene a un enemigo prácticamente imposible de superar: "Expediente Warren". La mera existencia de esta sensacional película pretende hacernos creer que "Insidious: Capítulo 2" sabe a poco. Pero no se equivoquen, uno sale del cine satisfecho de ver como Wan va por buen camino, y aunque parece ser que se ha tomado un "hiatus" en el terror para abarcar otros géneros (hola, séptima entrega de Fast&Furious), "Insidious: Capítulo 2" es otro logro dentro del currículum en expansión de Wan.