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España España · Elche de la Sierra
Voto de antoninomora:
9
Drama A finales del siglo XIX, el doctor Frederick Treves descubre en un circo a un hombre llamado John Merrick. Se trata de un ciudadano británico con la cabeza monstruosamente deformada, que vive en una situación de constante humillación y sufrimiento al ser exhibido diariamente como una atracción de feria. (FILMAFFINITY)
25 de octubre de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El hombre Elefante no se podría considerar otra cosa que una joya del séptimo arte. Esta película encaja perfectamente con la pregunta existencial que de unos años para acá me vengo haciendo: ¿se hacen ya buenas películas?
Por supuesto que la respuesta a esa retórica pregunta es: “si, por supuesto que se hacen” Pero bajo esta aparentemente coherente afirmación, habría que matizar largo y tendido.

The Elephant Man, viene a ser la tramitación en el cine de una vida, así de simple y así de claro. La película nos habla de la vida del propio Hombre Elefante, John Merrick, un caballero de la Inglaterra victoriana que nace con estrepitosas malformaciones y que vive las más auténticas calamidades por ello. La película, está dirigida magistralmente por un, como decíamos antes, más que excéntrico director: David Lynch. Un cineasta capaz de ensimismar al mundo con obras de arte como ésta o similares (véase ‘Una historia verdadera’) y horrorizar a crítica, público y un servidor con Dune y equivalentes.
Centrándonos ya en el film, cabe destacar la fuerza con la que impregna al espectador, el sobrecogimiento extremo que durante casi dos horas se vive en el cine o en el salón de casa, ante las penalidades de ese hombre. La vergüenza y el asco profundo que a los propios seres humanos nos hace sentir nuestra raza ante las barbaries que se le realizan y la esperanza en la gente de bien, en el buen amigo, en el punto de apoyo encarnado por el doctor Frederick Treves o, lo que viene a ser lo mismo, el majestuoso Anthony Hopkins.
La lágrima perdura en el párpado del espectador al acecho de cualquiera escena para resbalar por la mejilla, el arte se respira durante cada plano, cada escena, cada segundo de una película única; desconocida para la mayoría de aficionados al cine, pero imprescindible para los que, por suerte, tenemos más tiempo para adentrarnos en las maravillosas fauces de este mundo de ensueño. Una película que conmueve hasta la extenuación, que se balancea en un continuo paseo entre la bondad absoluta y la más putrefacta actitud humana. Una película de llorar, de llorar mucho y por distintos motivos. De tristeza infinita y de felicidad plena, de deshonra absoluta y de orgullo natural.
Si ustedes quieren disfrutar de buen cine, de ese que parece que ya no se realiza, de aquel que no requería de ingentes cantidades de dinero para emocionar, para disfrutar de él; vean el Hombre Elefante, les aseguro que no saldrán decepcionados.
antoninomora
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