Hace unos dias volvió a caer en mis manos de manera casual este clásico del humor absurdo ( o no tanto) de finales de los noventa.
Hay peliculas que se quedan en tu memoria por causas ajenas al propio metraje. Probablemente esta sea una de ellas.
Desde mi punto de vista brillante, caústica, con momentos de risa delirante, crítica ácida esplendida, y unas interpretaciones magníficas en su género.
"Que se jodan los sinhogar, yo soy un puto vago". Glorioso, si a eso le sumas un viernes noche, con 18 frescos añitos y tus mejores amigos a la vera, y algún añadido más innombrable, puedes pasar un rato inolvidable, y con el paso del tiempo recordarlo con nostalgia y lágrimas en los ojos.