Comienzo que emociona

Esta nueva propuesta de Tarr empieza con uno de los arranques más eficaces y potentes del año y de la década. Se justifica el B/N con ese galope, y la mirada de Tarr, no claudica al plano fijo o travelling rectilíneo, sino oscila, levita, se mete entre las corvas del jamelgo y sale en busca del cochero, y luego flota en un travelling maravilloso de anca a anca y tiro por que me toca. Hacer eso, con esa banda sonora tremendamente eficaz, es un hallazgo no en estos tiempos, sino en estos contextos...Porque la sombra de Buñuel y Nazarín es muy alargada, porque Bergman uncía los caballos con las mismas sogas deshilachadas, y "el caballo de turín" se distancia con ese travelling maravilloso. Esa banda sonora es terrible, se te oscurecerá tu sala de estar de repente. La película es de terror y su atmósfera sale del marco.


Acordes y desacuerdos

Pero lo que es a priori, un gran acierto, la música, no casa con el viento de afuera y los alientos sordos de dentro. Es atmósferica y suma, sí. Pero pasa algo con ella que no me ha pasado en ningún film. Se suma a partes su efecto: El viento (atmósfera) + La música (atmósfera). Pero a mi no me sale factor común, señores. No hay un Lynch y un Badalamenti ideando. Y esta mezcla heterogénea, que en la primera escena ya digo que impresiona por su gran calidad, al reiterarse proporciona al espectador opciones para poner el grito en el cielo. Esto puede ser debido a que la pieza musical encaja con una escena vigorosa de un caballo maltrecho (fantasmagórico) tirando de madera blindada en la estepa, pero al repetirse en escenas más estáticas de interior, se queda fuera de lugar...Yo particularmente creo que a pesar de ser una pieza sugerente (sólo como presentacón) está mal producida... enlatada.


Los maestros afloran

A Tarr le estorba el mobiliario y los electricistas. No se muestra tan atrevido como esa presentación de 10. Buñuel y Bergman aparecen porque no queda más remedio, el atrezzo, el budget estimado, el maldito diseño de producción son ecos del que sólo el genio a la dirección puede distanciarse. Aquí el espectador tiene que agudizar la vista, a ver si a Bela le sale algo distinto. Pues no, remedo que canta, porque además el ritmo de la película permite comparar: Esos planos están muy vistos. La maravillosa fotografía que mostraba al principio y en el exterior (aún así, ya se había hecho algo parecido en "navigator: la odisea en el tiempo"), se vuelve del montonazo en el interior, como cuando quitabas el contraste y el color de la televisión. Tendremos que pensar que la fotografía de los maravillosos 15 minutos es debido al arenal del ambiente, en lugar de una buena elección del operador del film ya sea en la lente o en el gránulo de celuloide a utilizar.


El grano aventado golpea afuera, en el campo, cuando tenía que azotar en el carrete de la cámara. Más en este tipo de propuestas.

Por lo demás buena película.