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Voto de John Giraldo:
6
6,4
33.631
Animación. Comedia. Western. Aventuras Rango es un camaleón que llega por accidente al desierto de Mojave. Allí se encontrará en el poblado de "Dirt", donde asola una grave sequía. De nuevo por accidente, se convierte en sheriff del pueblo. ¿Solucionará Rango el problema del agua? Film de animación del director de "Piratas del Caribe", con las voces originales de Johnny Depp (Rango), Abigail Breslin, Isla Fisher y Bill Nighy. (FILMAFFINITY)
13 de marzo de 2011
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La metáfora me derramó la bilis.
Rango
Vemos lo que necesitamos ver.
Armadillo

Por: John Harold Giraldo Herrera

El ambiente hostil, la estética de lo siniestro es parte de la decoración, de repente un camaleón fantaseando con unos destartalados muñecos y en una simulación de piscina hace las veces de un soñador: arma historias en medio de la desolación, sus personajes son deformes o están muertos y de entrada el espectador deberá situarse para esperar una historia bien contada. Antes de la escena descrita, unos avechuchos convertidos en mariachis se han tomado el mando de narradores y predisponen al público con una advertencia: “Nos hemos reunido para inmortalizar la vida. Relájense con sus golosinas bajas en calorías”.

Una nueva película de animación se ha producido, al margen de la arrolladora Pixar, con un director proponiendo películas para niños con un aire de mucha incertidumbre para los grandes, se trata del ingenioso Gore Verbinski, el mismo quien dirigió los Piratas del Caribe. La película es la historia de un héroe, un sin nombre, un cualquiera, por eso al principio el camaleón angustiado enfrenta a su público y lo encara: “Mi escenario espera. El público está ansioso de aventuras ¿Quién soy? No sé.” Es un camaleón que presumimos fue una mascota y ahora está en medio de una crisis de identidad. Por supuesto, hay ansias de aventuras, pero esta no es una más, es una que se quedará sin esas molestosas calorías en el público.

Además no es una historia de un individuo, es la de una provincia, la de una nación, la de una necesidad: la de no olvidar, la de la esperanza en medio del escepticismo. Es la historia de quien se forja recorriendo el camino.

Luego de que el camaleón arma historias y se dirige al público para enfrentarlo, siente la necesidad del camino: un Quijote se apresta para andar. Su rumbo no es claro, su destino mucho menos, lo que sí aparece es lo trágico, un espejo se quiebra en muchos pedazos luego que el diminuto protagonista es arrollado por un carro. La ruptura del enfoque de la modernidad como lo recuerda José Joaquín Brunner (1988) en su libro: Un espejo trizado, obtiene de inmediato un lugar en nosotros, lo resquebrajado, lo poco compacto, el símbolo en crisis. Una epifanía ha invadido al camaleón: “El héroe no puede existir sin conflicto”, afirma, y sabe que su recorrido estará repleto de aventuras, de agravios y de entuertos. Desfigurado en medio de la carretera se encuentra con otro, su espejo, otro más compungido, quien atravesado por las llantas de un carro le dice: “Siempre hay una jornada por hacer. Te veré en el otro lado”.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
John Giraldo
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