Indiana esta vez no tiene como máximos enemigos ni a los nazis, ni a los comunistas, ni a los mayas, simplemente lucha contra aquellos que se creen que saben un huevo de cine, que solo pueden poner en un altar las películas de aventuras hechas 20 años atrás, simplemente porque las vieron de niños y fliparon. Ahora ven esa película, que, aunque siga el mismo modelo de película de siempre, la ponen a parir, por el simple hecho que es un blockbuster, y que ganará millonadas en taquilla, etc, etc. E Indiana Jones, cómo no puede ser de otra manera, les pega cuatro puñetazos y les deja estirados al suelo, porque esta gente no puede entrar en una sala de cine sin tener los cinco sentidos activados para ver fallos estúpidos, no pueden ir a divertirse ni a pasar un buen rato viendo una película de aventuras trepidante, graciosa y que tiene todos los ingredientes para ser una digna continuación de la mítica trilogía. Sí señor, los que quieren ver una película de aventuras, dónde hay persecuciones trepidantes, hostias, y un montón de gags, que vayan, y veran que Jones no ha muerto aún, cómo vaticinan muchos.

La película, eso sí que es cierto, va de más a menos, con una primera mitad de película absolutamente genial, Indiana Jones en estado puro. En la segunda mitad la película empeora un poco con la aparición de algunos secundarios, como Marion, que sobraba. El final, tan criticado, es igual de fantástico e increíble que en las otras películas.

Destaco: un comienzo genial, la escena del bar y su posterior persecución y la persecución en la selva.
Suspendo: el personaje de Marion y que Williams no haya hecho una melodía propia para esta película.