Recuerdo cómo fue la primera vez que vi Pulp Fiction. Dentro de poco vería Kill Bill, que tenía buena pinta, así que le pregunté a mi padre, cinéfilo en secreto, qué me recomendaba de Tarantino. Me dijo que viera Pulp Fiction y Reservoir Dogs. Fui al videoclub y, para mi sorpresa, encontré la primera. Raro ya que mi videoclub es cutre con ganas y no suelen tener películas con más de cinco o seis años (deduzco que hará cuatro o cinco años que abrieron). Total, que me la alquilé sin saber siquiera de qué iba.

Me encantó. La vi tres veces en una tarde y una mañana. Positivamente sorprendido, la devolví. Luego vi las dos de Kill Bill. Buenas también, pero no tenían ese algo de Pulp Fiction. Todo eso que ya se ha dicho. Esos actores, espléndidos todos, encarnando a personajes tan carismáticos como Vincent, Jules, Mia o el increíble Sr. Lobo, quizá mi secundario favorito de la historia del cine. Esa música maravillosa, sobretodo la canción que suena al principio de los títulos de crédito. Esas escenas inolvidables: la violación, el baile, el atraco, la estancia en la casa de Jimmie. Esas citas que siempre perdurarán en mi memoria. Esas historias de guión perfecto y enlazadas entre sí también perfectamente.

En definitiva, una grandiosa película. Mi favorita en general, y por tanto mi favorita de Tarantino... que ya es decir.