Pues la verdad es que Indy está de vuelta aunque muy lejos de su verdadero nivel. En esta cuarta entrega sólo se salva el humor característico del doctor Jones ya que el resto es que como si nos hubieran robado la verdadera esencia de la saga original. Y es que la historia y los personajes dejan bastante que desear y tienen vacíos muy importantes.
La verdad es que los personajes están muy mal caracterizados; no sabemos lo que pintan en la historia, quienes son y lo que quieren. Por ejemplo, no sabemos lo que quiere Irina Spalko, por cierto Cate Blanchett genial como siempre, y para que lo quiere. Lo del supuesto amigo Mac es para nota: que si ahora somos amigos, que si ahora te traiciono, que en realidad no, que ya no se ni quien soy ni lo que quiero... El profesor chiflado pasa con más pena que gloria por la historia. Y por último Marion que se incorpora demasiado tarde a la historia y pasa por ella como un fantasma dando lugar a una historia de amor casi nada creible. Sólo se salva Shia LaBeouf que desprende lo que se requiere de un joven irreverente que quiera ponerse a la altura de Indiana Jones.
Eso sí, a ratos entre la maraña de una historia que nunca llegamos a abarcar ya que el guión no nos lo permite, se pueden apreciar ciertos rasgos inconfundibles de la saga. Como ya he dicho el humor aunque algo forzado, es inconfundible y de lo más refrescante entre tanta acción. También es muy destacable la persecución en la jungla, lo mejor de la película a mi juicio. Es digna de la de los tanques en la última cruzada y crea una coreografía perfecta entre todos los personajes de la película. Realmente muy agradable. Y por último, Harrison Ford que aunque se haya hecho mayor sigue llevando a Indy dentro y eso se nota a la hora de engancharnos a pesar de todo a la historia. Ya se sabe, los viejos rockeros nunca mueren y de eso Harrison Foed sabe un rato.
En resumidas cuentas, la película es bastante floja por varias razones pero entretiene y resucita el mito aunque sólo se puedan apreciar ciertas pinceladas de calidad. Y además nos permite darnos cuenta de lo geniales que son las tres primeras.