Comenta Paul Schrader guionista del filme en una entrevista : " El dilema existencial: debo existir?, la respuesta posmoderna es ponerle comillas a existir y a su significado".

El nuevo cine de Hollywood influenciado por directores como Bresson, Antonioni, Godard, Ozu etc. se convierte en disidencia y rebeldía a los estereotipos clásicos de Hollywood .

Sus máximos exponentes son Francis Ford Coppola y Martin Scorsese, especialmente "Taxi Driver", como el más profundo significante fílmico sobre la introspección psicologíca del individuo. Como en un lienzo de Bacon o como una instantánea ampliada del grito de Munch, el devenir de Travis Bickle (Robert de Niro) es el símbolo de la humanidad solitaria que deambula por las grandes ciudades sin reconocerse así misma, adherida al vacío de las consecuencia de las guerras (Corea, Vietnam), Represión (Macarthismo) y los nuevos modos de la Revolución Sexual.

Los 60 y su lacónico optimismo están enterrados, fluyen los 70 (Watergate, Crisis Social y Económica), el sueño americano se derrumba.

El impacto traumático de la guerra de Vietnam es evidente en Travis, si a ello sumamos una sociedad que es indiferente a los antiguos combatientes del conflicto, la desadaptación a estos nuevos modos de vida se agudiza enormemente.

La sociedad es corrupta y putrefacta a los ojos del protagonista, el convertirse en taxista de noche es solo un modo de reafirmación de su pensamiento.

La primera posible redención se presenta en forma de musa: Betsy (Cybill Sheperd ), pero un abismo de incomprensión mutua los incompatibiliza para cualquier relación.

La segunda y última redención neocristiana solo puede ser la inmolación y el sacrificio ante una realidad que le supera.

Miguel de la Pisa