Adaptación de la famosa obra literaria de Michael Ende que, pese a no estar nada orgulloso de la misma (se redujo a la primera mitad de la novela e introdujo aspectos ajenos) no pudo rebatir que fue un éxito. No ya comercial sino de generación de una serie de fans que tienen a esta película como una obra de culto.

En los años ochenta vieron la luz muchas películas de corte fantástico que han dejado huella y esta es una de las más destacables en el subgénero de "niño que lee o le leen una historia que cobra vida". Puede recordar en cierto modo a La princesa prometida, pero a los chavales actualmente treintañeros (o con más años) fue la presente la que nos conquistó. Y además llama más la atención de leer literatura fantástica.

El guión es muy sencillo y básicamente consiste en que el protagonista se va encontrando con una serie de personajes que le marcan el camino a seguir. Un objetivo que no queda muy claro pero que poco a poco se va desvelando. Llama la atención el carácter gigantesco de algunos de esos personajes, así como la buena definición de los mismos a pesar de que los efectos especiales sean algo modestos (como el vuelo de Fujur). La fantasía impregna toda la historia desde el principio y sin duda el mensaje más bonito no es ya que nunca hay que perder la esperanza, sino que tampoco podemos esconder nuestros sueños. Nuestro espíritu de niño y nuestros deseos más fantásticos porque sin esa ilusión, no nos queda "nada".