Una obra con un planteamiento muy original sobre un tema del que se ha hablado mucho en términos esotéricos pero no tanto en el cine. ¿Qué capacidad podemos utilizar de nuestro cerebro y qué podríamos conseguir si la aprovecháramos al máximo? Es el argumento central de esta especie de thriller de ciencia-ficción que se adorna de Yakuzas, drogas, escenas de acción y violencia. Durante una buena parte se separa la extraña experiencia de la protagonista, estupendamente interpretada por Johansson con unas "lecciones magistrales" de Morgan Freeman. Sólo estas nos ayudan a entender un poco qué está ocurriendo, al tiempo que reflexionar un poquito.

Sin embargo, el desarrollo del film (que va unido a la evolución psíquica y personal de la protagonista) llega a un punto en que se convierte en un desvarío impresionante. Demasiadas "licencias" se han tomado en la asunción de poderes, siendo especialmente destacable el final, que lógicamente comento en spoiler. Pese a la absoluta inverosimilitud que le rodea, es entretenido y no deben existir demasiadas producciones sobre este asunto. Ese dato es sin duda su mayor baza contra la surrealista puesta en escena de su argumento.