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Voto de NeoJ:
2
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11.946
Thriller. Acción. Fantástico
Max Payne (Wahlberg), un ex-policía de Nueva York, busca a los asesinos de su esposa y su bebé, que perdieron la vida bajo los efectos de una fuerte droga sintética. Adaptación de un popular videojuego que mezcla el thriller con el cine negro. (FILMAFFINITY)
26 de mayo de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo reconozco, me lo paso en grande viendo adaptaciones de videojuegos, cómics y demás productos. Debo tener un punto masoca, porque aún no he conseguido ver una adaptación decente de un videojuego (salvo Silent Hill, cuyos primeros 45 minutos son un prodigio) y ahí sigo, esperandola como agua de Mato. ¿Tan complicado es?
Con Max Payne me ha pasado lo que con ninguna, he llegado a ese punto de la indignación, de sentirme realmente mal viendo esta producción. No es que las demás adaptaciones me hayan hecho sentir algo dentro, pero por lo menos me reía de ellas. Max Payne no sirve ni para eso, y quizá la culpa la tenga el propio juego, un juego tan serio que cuando son otros los que se ríen de él (AKA: John Moore) pierdes el sentido del humor.
No costaba nada hacer de Max Payne una película prodigiosa, tanto argumentalmente como visualmente. Solo había que limitarse a recrear el juego tan cual. Ese Noir York del juego, esos personajes, esa historia, y por supuesto esa jugabilidad revolucionaria.
Son tantos los puntos negativos que probablemente me vea falto de espacio. Para empezar, los personajes son tan desacertados como sus actores, no solo su caracterización (ojo al Bravura negro), de hecho no me importaría que la película hubiera fallado ahí, me refiero a su personalidad.
Mark Wahlberg es nefasto, casi desde el segundo uno no lo vi jamás en el papel. Para colmo su inexpresividad alcanza niveles aquí inigualables. Max Payne lo ha perdido todo, es casi una sombra sin vida que no le importa morir cuando sea y se ahoga en su ansia de venganza, aquí tenemos simplemente a un policía que dobla muy bien las cejas. Los únicos momentos de dureza y dejadez que expresa son cruzando la calle cuando vienen taxis que paran ante su impasible paso. Mila Kunis hace de una Mona Sax que no tiene absolutamente nada que ver con la que conocíamos, ese personaje frío y letal se ha suplantado por una cara bonita, sin más. De Jim Bravura y Jack Lupino solo han tomado el nombre y así hasta el más doloroso de los infinitos. Ni siquiera la nieve, que formaba un elemento curioso en el juego como si de un personaje más se tratara sirve de algo en esta producción. Lo único que tiene en común es que sale alguna escena en el metro y alguna discoteca de estás de santo y seña.
Lo más gracioso de todo es que el juego, siendo toda una diversión y acción desenfrenada, expresaba mucho más sentimiento que esta película con un par de tiroteos malos. El juego no necesitaba ni demonios ni New York ardiendo ni ningún artificio en general para resultar tan espectacular y a la vez tan emotivo. Sin ir más lejos, el asesinato de la familia de Max Payne nada más comenzar es uno de los momentos más míticos, realmente emotivo. Aquí ese momento pasa sin pena ni gloria, todo un horror (creo que fue justo aquí donde pasé a la indignación). Hasta los seriales que nos encontrábamos en el juego eran mejores que esta cinta.
(sigue en spoiler, sin spoilers)
Con Max Payne me ha pasado lo que con ninguna, he llegado a ese punto de la indignación, de sentirme realmente mal viendo esta producción. No es que las demás adaptaciones me hayan hecho sentir algo dentro, pero por lo menos me reía de ellas. Max Payne no sirve ni para eso, y quizá la culpa la tenga el propio juego, un juego tan serio que cuando son otros los que se ríen de él (AKA: John Moore) pierdes el sentido del humor.
No costaba nada hacer de Max Payne una película prodigiosa, tanto argumentalmente como visualmente. Solo había que limitarse a recrear el juego tan cual. Ese Noir York del juego, esos personajes, esa historia, y por supuesto esa jugabilidad revolucionaria.
Son tantos los puntos negativos que probablemente me vea falto de espacio. Para empezar, los personajes son tan desacertados como sus actores, no solo su caracterización (ojo al Bravura negro), de hecho no me importaría que la película hubiera fallado ahí, me refiero a su personalidad.
Mark Wahlberg es nefasto, casi desde el segundo uno no lo vi jamás en el papel. Para colmo su inexpresividad alcanza niveles aquí inigualables. Max Payne lo ha perdido todo, es casi una sombra sin vida que no le importa morir cuando sea y se ahoga en su ansia de venganza, aquí tenemos simplemente a un policía que dobla muy bien las cejas. Los únicos momentos de dureza y dejadez que expresa son cruzando la calle cuando vienen taxis que paran ante su impasible paso. Mila Kunis hace de una Mona Sax que no tiene absolutamente nada que ver con la que conocíamos, ese personaje frío y letal se ha suplantado por una cara bonita, sin más. De Jim Bravura y Jack Lupino solo han tomado el nombre y así hasta el más doloroso de los infinitos. Ni siquiera la nieve, que formaba un elemento curioso en el juego como si de un personaje más se tratara sirve de algo en esta producción. Lo único que tiene en común es que sale alguna escena en el metro y alguna discoteca de estás de santo y seña.
Lo más gracioso de todo es que el juego, siendo toda una diversión y acción desenfrenada, expresaba mucho más sentimiento que esta película con un par de tiroteos malos. El juego no necesitaba ni demonios ni New York ardiendo ni ningún artificio en general para resultar tan espectacular y a la vez tan emotivo. Sin ir más lejos, el asesinato de la familia de Max Payne nada más comenzar es uno de los momentos más míticos, realmente emotivo. Aquí ese momento pasa sin pena ni gloria, todo un horror (creo que fue justo aquí donde pasé a la indignación). Hasta los seriales que nos encontrábamos en el juego eran mejores que esta cinta.
(sigue en spoiler, sin spoilers)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
En cuanto a los efectos... el bullet time está presente, pero para nada al nivel que debería ser. No me refiero a cantidad, si no a calidad. Está simplemente desaprovechado, se usa un par de veces y no de una manera muy acertada. Bastante decepcionante hasta en eso.
Para colmo, el final es muy malo, concretamente el final del clímax es tan soso que empiezo a pensar que todos estaban hasta las narices de la película y querían acabarla cuanto antes. La desgracia viene después de los créditos cuando dejan caer una segunda parte. No contentos con ese extraño final donde Max Payne sale loco y convierte la película en Taxi Driver 2 dejan caer que la cosa va a seguir.
Por último, ni una maldita pieza de la banda sonora del juego, ni siquiera un tipo de música similar. Por supuesto tampoco nos encontramos con la pieza principal del juego. Tan grave como si nos diera por hacer un videojuego sobre Star Wars y no pusieramos la sintonía...
Todo un desperdicio. Una ocasión perdida. Hay adaptaciones que tienen que salir mal por narices, pero Max Payne es una de esas que saldrían bien casi tal cual es el juego. Limitarse a rodar cogiendo el magnífico argumento sin más, profundizando tal y como se profundiza en los personajes del juego y en vez de estar meses y meses planeando como destrozar el juego, dedicar esos meses a jugarlo. Seguro que el resultado hubiera sido mucho más maravilloso que este rodaje de amateurs que probablemente ni sepan agarrar un mando.
Para colmo, el final es muy malo, concretamente el final del clímax es tan soso que empiezo a pensar que todos estaban hasta las narices de la película y querían acabarla cuanto antes. La desgracia viene después de los créditos cuando dejan caer una segunda parte. No contentos con ese extraño final donde Max Payne sale loco y convierte la película en Taxi Driver 2 dejan caer que la cosa va a seguir.
Por último, ni una maldita pieza de la banda sonora del juego, ni siquiera un tipo de música similar. Por supuesto tampoco nos encontramos con la pieza principal del juego. Tan grave como si nos diera por hacer un videojuego sobre Star Wars y no pusieramos la sintonía...
Todo un desperdicio. Una ocasión perdida. Hay adaptaciones que tienen que salir mal por narices, pero Max Payne es una de esas que saldrían bien casi tal cual es el juego. Limitarse a rodar cogiendo el magnífico argumento sin más, profundizando tal y como se profundiza en los personajes del juego y en vez de estar meses y meses planeando como destrozar el juego, dedicar esos meses a jugarlo. Seguro que el resultado hubiera sido mucho más maravilloso que este rodaje de amateurs que probablemente ni sepan agarrar un mando.