Un 7 (alto) para la película, pero un 10 para Gyllenhaal que consigue que todo el rato que estamos mirando a la pantalla le busquemos a él. Una espectacular interpretación que consigue aportar a un personaje "normal" una peculiaridad única. La eterna media sonrisa y el juego de su inexpresividad casan con el torrente de emociones que despierta, y, lo más importante, consigue que una película que no me atrae en absoluto por su sinopsis me haya parecido una pequeña maravilla.

Porque es uno de esos géneros que de alguna manera me dan pereza, pero casualidades de la vida acabé viéndola y desde luego no me arrepiento en absoluto. Más allá de la interpretación y el enorme personaje creado para Gyllenhaal la película se mete en cuestiones morales y éticas que de alguna manera ridiculizan el funcionamiento del ser humano en los últimos años, no sólo en el mundo de las noticias sino ya a un nivel más existencial. La deshumanización del ser humano pasa por ser uno de sus grandes problemas tapados a día de hoy, cuando parece que las reglas empiezan a reconfigurarse hacia algo mucho más frío y mezquino.

Nightcrawler tiene la duración justa para no cansar, y tiene un extraño e indescriptible aire cómico que la hace ser diferente. Una de la sorpresas del ya difunto 2014.