Película extraña, con un reparto curioso que al principio está desdibujado pero que va tomando forma conforme avanzala película, más o menos a la misma velocidad que se dibuja su argumento.

The Life Aquatic es una película entretenida a ratos e indiferente a otros. Sin duda la presencia del irregular Bill Murray le da un humor muy característico que impregna (al aprecer) a todo el equipo que le rodea. Si consigues soportar el peculiar humor de Bill Murray es posible que la película te encante, pero si no eres muy devoto del actor es posible que te repugne.

Para lo que ofrece, la película es larga, y provocará un par de sonrisas a lo largo de la misma a pesar de sus tintes dramáticos en ocasiones. Los efectos son muy curiosos, como hechos de carton-piedra, que le da una esencia distinta a la película que le hace un gran favor, pero la estupidez argumental y en definitiva la poca diversión que ofrece, la condenan a convertirse en una de esas películas de la que todo el mundo habla bien (sobre todo en el momento en el que muchos la definan como cine de culto) y de la que, si hablas mal, eres un completo cateto cinematográfico.

Resulta curiosa la evolución del personaje interpretado por Willem Dafoe, de lo mejor de la película, siendo al principio totalmente turbador para el espectador al no encontrar al actor encajado con su personaje, pero que luego acaba convirtiéndose en uno muy entrañable y de los que completan un reparto muy apropiado. Una pena que el resto de la película no esté tan a la altura y acabe ahogándose en el oceano de la simpleza donde un tiburón-jaguar probablemente acabaría devorándola.