No son muchas las emociones o conclusiones que conseguí sacar de mi mala experiencia con esta película de Linklater, al menos no las suficientes como para ver en su cinta algo que sea digno de enmarcar, reflexionar o subrayar.

Aparte del argumento, bastante ruidosamente etructurado que impide seguir la película con toda la lógica necesaria, A Scanner Darkly tiene muchos puntos de indiferencia y ninguno que merezca realmente la pena. Ciertamente, el reparto, la técnica del rotoscopiado y esa temática sobre las drogas parecían un lienzo en el que iba a encontrar una pintura muy atractiva, pero pronto perdí el interés, en cuanto mis ojos se acostumbraron a esa técnica y empezaron a visualizar incluso fallos y efectos no tan bien conseguidos en algunas partes.

Pero lejos de los efectos y otros filtros, que en el fondo es lo único que hace merecer la pena a esta película, no tenemos nada más. Una historia no predecible pero tampoco sorprendente que no llega a transmitir ningún mensaje. Sí, la película va de drogas, pero ni se acerca a cosas como "Requiem por un Sueño" en carga reflexiva ni a "Miedo y Asco en las Vegas" en su facete estridente y psicodélica. Lo único que terminé pensando, es que esos colores y esa técnica de rotoscopiado incluso hacían daño al mensaje de la película, con tanto color para una temática tan gris.

A Scanner Darkly parece un dibujo a medio pintar, inacabado, que pretende ser original pero se queda en la intención y la obsesión por ofrecer algo único.