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Voto de Luke_Cage:
8
25 de marzo de 2015
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
En “Siete días de Mayo” contamos con la dirección de John Frankenheimer, todo un experto todoterreno en thrillers políticos de gran calado como la excepcional “El mensajero del miedo”, con la participación a los guiones del grandísimo Rod Sterling (ante “Twilight Zone” solo cabe descorchar las botellas de champán) y con aportaciones musicales de Jerry Goldsmith, si bien casi testimoniales, sí dotan al conjunto de una solidez muy apreciable.
En el plano actoral contamos con dos colosos en su mejor momento interpretativo, por un lado Burt Lancaster como un oficial que pergeña un golpe de estado en pleno terreno yanki a la espalda de su propio presidente y por el otro Kirk Douglas como su ayudante que intenta impedirlo. Sumémosle la aparición (breve pero deliciosa) de la explosiva belleza arrebatadora de Ava Gardner. Pero las mejores actuaciones son para Fredric March (quien fue nominado por su papel como un más que creíble presidente) y Edmond O'Brien como el borrachín senador por Georgia, dos actores que si bien no figuran en el firmamento del cine clásico sí que merecen una mención especial por trabajos como este.
La trama se presente tremendamente actual, moderna y con un interés vigente hoy más que nunca. Los poderes militares conspirando el derrocamiento del estado civil como desarrollo de un thriller en el que poco a poco se va desgranando información que hará que el espectador ate cabos y contemple como el desenlace de la obra ha llegado casi sin despegar la vista de la pantalla.
Clásico oculto y poco conocido totalmente reivindicable.
En el plano actoral contamos con dos colosos en su mejor momento interpretativo, por un lado Burt Lancaster como un oficial que pergeña un golpe de estado en pleno terreno yanki a la espalda de su propio presidente y por el otro Kirk Douglas como su ayudante que intenta impedirlo. Sumémosle la aparición (breve pero deliciosa) de la explosiva belleza arrebatadora de Ava Gardner. Pero las mejores actuaciones son para Fredric March (quien fue nominado por su papel como un más que creíble presidente) y Edmond O'Brien como el borrachín senador por Georgia, dos actores que si bien no figuran en el firmamento del cine clásico sí que merecen una mención especial por trabajos como este.
La trama se presente tremendamente actual, moderna y con un interés vigente hoy más que nunca. Los poderes militares conspirando el derrocamiento del estado civil como desarrollo de un thriller en el que poco a poco se va desgranando información que hará que el espectador ate cabos y contemple como el desenlace de la obra ha llegado casi sin despegar la vista de la pantalla.
Clásico oculto y poco conocido totalmente reivindicable.