Es paradójico que cada vez se produzcan más películas de animación, que sean auténticos éxitos de taquilla, pero que sin embargo cierta rama de cinéfilos prefiera ignorar estos trabajos sistemáticamente más allá del Pixar de turno. Lo peor es que cuando surgen producciones independientes ni siquiera se molestan en darles una oportunidad clamando a que "son todas iguales", o a una saturación de cine parecido. En mi caso, considero la animación el medio más abierto que existe, pues permite hacer lo que a uno le salga de las narices. Drama, comedia, ciencia-ficción o fantástico, cualquier género, a través de tantas técnicas como uno quiera, incluyendo el stop motion, la animación por ordenador o tradicional, el pixilation o con arena. Es una pena, por todo esto, que cintas como "Ghost Stories" pasen desapercibidas, porque nacen en los márgenes, sin promoción, y nadie se digna a verlas. Y deberían.

El proyecto surgió de la unión de un grupo de animadores que han tenido cierto éxito en festivales independientes o a través de Internet, y que entendiendo que sacar adelante un largometraje es inviable sin medios, pensaron que hacer algo en común podría servirles, primero, para seguir mejorando su técnica, y segundo, como una 'demo reel' para que los estudios supieran de lo que son capaces. Sin embargo la cosa no se ha quedado en 'venderse bien' sino que hay una verdadera vocación en "Ghost Stories", un recopilatorio de once trabajos de animación de todos los tipos y colores, con un tema en común como son las historias de fantasmas.

Como en todo trabajo de grupo, existen cortos que son mejores y otros peores, pero lo bueno es que los de mejor nivel son fantásticos, y que los "peores" (no hay ninguno que sea malo, estrictamente) al menos provocan alguna sonrisa. Tampoco es que estemos ante la panacea ni frente a un omnibus que cambie para siempre las reglas del formato, pero dura menos de cuarenta minutos y emplea cada uno de ellos para reinventar una y otra vez los conceptos -equivocados- que se tienen a nivel general sobre la animación. Haceos un favor: vedla. Si no os gusta, no habréis perdido mucho tiempo. Y si lo hace, tendréis nuevos directores a los que seguir, que también es bonito. A fin de cuentas el cine se disfruta, sobre todo, cuando llega por sorpresa.