Aclamada por muchos, especialmente por el cinéfilo alternativo, aquel que odia las películas románticas. La descubrí porque vi el título en una lista de películas que compartía lugar junto a obras maestras como Chasing Amy, 500 days of Summer, Bin-jip (3-iron) e In the mood for love; luego de verla puedo decir que hasta Once o La vida de Adele (ambas también incluidas en la misma lista) me han gustado más que esta película.

A pesar de ser dirigida y tener un elenco de norteamericanos, el estilo en sí es muy europeo. Aunque los actores, en especial Ryan Gosling y Michelle Williams actuaron de manera soberbia, nunca hicieron click con el espectador, por mi parte, no. De todas maneras su visionado merece la pena.

El drama que presentan es muy intenso, hasta a veces exagerado y el tema de fracasos matrimoniales y una relación de pareja por los hijos aunque no es novedoso, está contado correctamente, un punto y aparte la introspección de la historia, contándonos como se conocieron y como eran antes de eso, lo mejor de la película.