La verdad no me gustaría empezar con lo de es una obra maestra o cosas así pero es que no tengo ningún adjetivo más. Tengo 16 años y, sin duda, me quedan muchísimas películas por ver pero si de algo estoy seguro es que esta me ha marcado como ninguna desde la primera vez que la vi con 10 años. No sabría decir que me cautivó de ella podría ser el montaje tan extravagante, los actores con una naturalidad sobrenatural (valga la redundancia) o posiblemente los impresionantes dialogos que sueltan todo ellos y que habré repetido unas mil veces. Todavía me acuerdo el día que me puse a recitar el Ezequiel 25, 17 a mis amigos o cuando hablaba sobre las diferencias entre comerle el ''sagrado agujero'' (eso no se le hubiera ocurrido a nadie excepto a Quentin) a la mujer del jefe o hacerle un masaje en los pies. Excelente, divertida, violenta y original a partes iguales, sin duda muchos le debemos nuestro amor al séptimo arte a esta película y a este director que sigue haciendo maravillas y que cuyas películas son como el vino que mejoran con el tiempo.