Ben Affleck, debía de estar cansado. Cansado de ser el blanco de críticas constantes sobre sus capacidades interpretativas. Harto de escuchar los mismos comentarios sobre su expresividad facial delante de la cámara. Hastiado de comprobar como cada elección de un papel suyo, suponía un nuevo fracaso en su carrera como actor. Por eso, un buen día, debió de pensar: "Argo-derse todo el mundo". Se plantó detrás de la cámara y parió "Adiós pequeña, adiós" y "The Town", demostrando que quizás, había mucho buen cine dentro de sí mismo, sólo que lo estaba desarrollando desde el lugar equivocado.

Para afianzar aquello que muchos estábamos empezando a sospechar, llega a nuestras pantallas la confirmación de Ben Affleck como un narrador visual soberbio que ha encontrado su lugar dentro de la industria. Y es que "Argo" es una cinta de esas que destilan cine (y del bueno) por los cuatro costados.

En primer lugar, porque es una película cuidada, donde los tiempos de la narración están medidos de manera excelente. La combinación de acción, thriller político y comedia es tan perfecta que el resultado final es soberbio. Quizás, el componente dramático que Affleck quiere dar al personaje que él mismo interpreta, esté un poco descuidado, pero sin embargo, el resto de ingredientes están tan bien medidos, que la receta resulta altamente satisfactoria. Es cierto, que la historia en que se basa la película, tiene todas las papeletas para hacer las delicias del respetable; pero Ben Affleck, acierta totalmente con el tono de la cinta, insuflándole un extra de calidad, al aportar las dosis de humor necesarias para que el guión resulte soberbio. La farsa hollywoodiense, conecta con los mecanismos políticos estadounidenses a la perfección, todo ello acompañado de un montaje electrizante que hace que la película al final, aborde nuestra memoria cinematográfica como un excelente ejercicio de suspense.

En segundo lugar, "Argo" destaca entre sus compañeras de cartelera gracias a un reparto soberbio. Porque Ben Affleck no es el mejor actor del mundo, y eso él lo sabe. Y lo demuestra rodeándose de una colección de secundarios con los que hasta él mismo puede compartir pantalla sin desentonar (con mención especial para un sensacional Alan Arkin, y un genial Bryan Cranston).

De esta manera, con un cuidado guión; una dirección excelente; un reparto perfecto; una banda sonora genial; y una historia que tiene algo que decir, "Argo" lo tiene muy fácil para ser una de las mejores películas del año. Y Ben Affleck se acerca cada vez más a la excelencia, faltándole un poco pulir sus aristas dramáticas para dar a sus películas un calado emocional un poco más profundo.

En definitiva, "Argo" es cine del bueno; es cine dentro del cine; es cine para todo el que quiera disfrutar... y al que no le guste, lo tiene fácil... "Argo-derse".