Ver "Horizontes Perdidos" te sumerge en un mundo idílico de utopía, en un mundo que, en definitiva, es el que nos sugieren las diversas religiones, como meta existente al otro lado de esta realidad física en la que vivimos. ¿No es esa "Shangri-La", en su sentido metafórico, lo que ha perseguido y anhelado la humanidad a través de los tiempos? ¿El "Grial" de los caballeros artúricos? ¿Quizá el paraíso perdido del Edén? En cualquier caso, un estado de dicha que ni en el mejor de nuestros sueños, creeríamos hacerse realidad.
La historia está magistralmente interpretada por, el siempre sobrio, Ronald Colman, acompañado de la angelical Jane Wyatt que da un toque inconmensurable de dulzura a su personaje. También destacar a Thomas Mitchell y Everett Horton en los papeles secundarios. No me gusta, sin embargo, la interpretación de John Howard, la cual me parece un tanto sobreactuada.
Tiene la película, además, unos decorados majestuosos que me recuerdan, si acaso, al "Ladrón de Bagdad" de Douglas Fairbanks y que tienen claras reminiscencias expresionistas, así como también recuerdan esos paisajes nevados a los sueños de diseño "dalinianos" en el film "Recuerda" de Hitchcock, valga la redundancia.
¡Cómo me hubiera gustado haber sido, por un momento tan solo, Ronald Colman en la mítica "Shangri-La"!
Soñar es gratis, ¿verdad...?