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Ciencia ficción. Fantástico. Drama Un pequeño ser de otro planeta se queda abandonado en la Tierra cuando su nave, al emprender el regreso, se olvida de él. Está completamente solo y tiene miedo, pero se hará amigo de un niño, que lo esconde en su casa. El pequeño y sus hermanos intentan encontrar la forma de que el pequeño extraterrestre regrese a su planeta antes de que lo encuentren los científicos y la policía. (FILMAFFINITY)
29 de diciembre de 2015
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Resulta maravilloso el haber nacido en el setenta y cinco, del siglo pasado. Con orgullo presumo de pertenecer a la generación de la transición democrática en mi país ( España ), de aprender con Barrio Sésamo, de convertirme en un irreverente con La Bola de Cristal, desarrollar mi apego a la filosofía con Radio Futura ( esto sólo lo entiendo yo ) y de haberme emocionado y llorado como el niño que fuí, con la intemporal ET El Extraterrestre.

La película consagró a Spielberg como el más brillante e imaginativo realizador del cine mayoritario. De ese cine en el que las palomitas saben a teta. En el que da igual tus gustos, tu nivel intelectual, tus prejuicios frente a determinados filmes.
ET se encuentra por encima de cualquier valoración pedante e incisiva. Por muy inteligente que sea.

La relación de amistad entre el chaval y el Marciano, más humano que extraterrestre, por cierto. La moraleja de aceptar e integrar a aquellos seres que son distintos a ti. El valor de la ayuda al extraño, sin juicios de valor.
Y toda una crítica a los prejuicios de aquellos obtusos que no ven bondad en el desconocido, si no una vil amenaza.
Algo muy común en las sociedades occidentales, donde lo ajeno, lo que sobresale de lo establecido, se percibe como peligroso.

Se la puede tachar de sentimentaloide, lacrimógena, de fácil factura y guión para el populacho. Pero es que ET con todo ello, resulta mágica, tierna, entrañable y profundamente emotiva.

Odisea, la de un niño que trata de preservar la vida de su amigo extraterrestre frente a una comunidad de científicos
cortos de miras y faltos de empatia. De como le ayuda en localizar a los suyos y así devolverle al hábitat que pertenece. De como la vida es una constante lucha, donde el camino recorrido se hace posible gracias a la cooperación de tus amigos, tus semejantes.

Un bonito canto a la amistad, a la solidaridad, al entendimiento, a aceptar a aquellos seres que son distintos. El valor de la ayuda sin pedir nada a cambio, el valor del hogar propio, el valor de ser niño, el valor de la inocencia pérdida.

Todo ello representado por la criatura extraterrestre más entrañable de la historia del cine.
Una historia para toda la familia que devuelve la magia a nuestras vidas, esas vidas ya adultas que caminan de reojo, escépticos de casi todo, donde la realidad ahoga nuestros sueños no cumplidos.

Ver ET es volver a ser un niño, ese que creció mirando al espacio, deseando que un ser extraño se cruzara en mi camino.
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