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Voto de Mequetrefe rimbombante:
8
Comedia Convencido de que las coincidencias no existen, sino que guardan alguna relación con los principales enigmas de la vida, Albert Markovski (Jason Schwartzman) trata de descubrir el significado de esas coincidencias. Para ello entra en contacto con Bernard (Dustin Hoffman) y Vivian Jaffe (Lily Tomlin), un matrimonio de "Detectives Existenciales o metafísicos", que investigan los misterios más íntimos de sus clientes a base de seguirlos de ... [+]
3 de septiembre de 2005
68 de 118 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una genialidad que merece ser aplaudida. Una comedia existencial sin un ápice de suficiencia, que se ríe de su propia trascendencia, de la hipocresía irreparable de cualquier planteamiento humano y a su vez es una joya en forma de disquisiciones certeras y encontronazos lúcidos. Resulta admirable por llevar la filosofía a los aposentos terrenales en un ejercicio mucho más preciso y meritorio del que se destila en retorcidos ensayos introspectivos.

Toda una lección de humildad y clarividencia para pasar un buen rato. Inspirada, por mezclar el humor con extravagancia en una afirmación ecléctica y sintética que pretende alimentar un poco el yo pensante sin atiborrarle, dando lecciones llenas de matices, frescas y reales, reveladoras, desenmascaradoras, incluso demasiado obvias si se quiere, pero que entrañan el placer de cavilar.

Entiendo que cuando aparecen los nombres de Jude Law o Naomi Watts, el buen cliente acude al canto de la comedia envasada al vacío con sello de fábrica. Una vez aposentado en su butaca, ese incauto espectador se llevará un puñetazo incapaz de digerir que le inducirá, en un arrebato de furia, a maldecir los huesos del director, a arrasar y dilapidar lo que no alcanza, cual militar iracundo ante la amenaza desconocida y, por consiguiente, hostil. “Que no nos hagan cosas raras en la sesera, nosotros sólo queremos luces, colores y alguna piruleta”.

Quizá sea este el problema: el formato, el cartel, pero no se podrá decir que O. Russell no lo ha intentado. El riesgo tiene esas cosas. El filme exige poco y resulta gratificante para el avezado, se presenta estimulante, o cuanto menos curioso, para el desinhibido, y seguramente, resulta totalmente indescifrable para el encefalograma plano, del mismo modo que se hará cargante para las mentes de peso pluma y será menospreciado por el sector amanerado y paralítico de la crítica más rancia.

En fin. Altamente recomendable para quienes están hartos de ver los mismos planteamientos, para los que toman el riesgo de cara y sin prejuicios, para quienes no atienden a etiquetas y para los que quieren escuchar y procesar en el cine. No se si serán pocos pero, visto lo visto, a la sabiduría popular me remito cuando nos indica para qué no está hecha la miel.
Mequetrefe rimbombante
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