Para empezar, la escena de sexo es totalmente necesaria y para nada gratuita, ¿Que es increíble y absurda? Ni de coña. Por supuesto que es difícil creer que la impresionante Demi Moore sintiese tal atracción por el insignificante Douglas, que esa pedazo de mujer se dejase llevar por la locura de la pasión arriesgando su trabajo y posición por un polvo miserable, pero es que por si alguien no lo ha entendido aún, el polvo es parte de la estrategia que ella utiliza para quedarse su puesto y largarlo a él a la p** calle, no es que la vuelvan loca las greñitas de Douglas, es que necesita esa situación para poder acusarlo y quitárselo de en medio.

Además está el hecho fundamental de que se invierta el patrón común del acoso colocando en la posición de inferioridad al hombre y dejando claro que es el poder y no el sexo el que permite a una persona abusar de otra. El hecho de situar al hombre en la posición desfavorecedora concede a la crítica un punto a favor dotando al filme de mayor profundidad ya que invita a la reflexión sobre lo que el machismo más profundo ha hecho en nuestras mentes cuando durante toda la película te preguntas cómo sería si los papeles fueran inversos, y te respondes que probablemente ocurriría lo mismo, pero sin que a nadie le extrañase, y que probablemente ella se callaría y apechugaría para salir del asunto sin escándalo como la propia esposa de Sanders le sugiere que haga en un momento determinado, porque es lo que “las mujeres llevamos haciendo toda la vida” (tremendo el papel de la esposa, dan ganas de matarla en varias ocasiones)

Así que, y a pesar de no soportar a Douglas, me parece que el tiempo dedicado a verla es un ratito muy bien invertido.