¡De los cuarenta para los cuarenta! Un cuarto remake desarticulado con la actualidad, que readapta la vida delictiva de una pareja que engaña mujeres solas para saquearlas —basado en hechos reales—, donde sincronizan el amor, los celos, el cinismo, la locura y el frenesí.

Gloria, una mujer divorciada y con una hija se nota renuente para contactar a un hombre anunciado en los clasificados por internet, sin embargo dada la insistencia de su vecina porque ella reinicie su vida amorosa, la impulsa al encuentro con Michel. Éste que sólo requiere momentos precisos para indagar acerca del nivel económico de las mujeres que asisten a sus citas y poder proyectar una vida a corto plazo que le permita vivir cómodamente. Pero no imagina la personalidad de Gloria, quien cae en un estado de obsesión compulsiva que le permite la complicidad con Michel a grados repudiables, donde insospechadamente para él, los crímenes sellarán su unión.

La dupla de interpretes cumple perfectamente en todas las escenas, vemos a una Lola Dueñas desaforada por la inseguridad que el personaje requiere, donde su propio dolor y a la vez egoísmo ciegan sus constantes arranques y consecuencias de ellos. Por otro lado a Laurent Lucas en actitud cautiva y alevosa sobre sus presas, sabe de antemano que el sex-appeal es una llave a la intimidad de cada mujer que cumple con sus expectativas.

Al ser una cuarta versión y quienes conocemos «Profundo Carmesí» —adaptación realizada por Arturo Ripstein—, queda como el referente al ser un trabajo minucioso, funcional, de argumento es sólido, congruente en tiempo, esmerada en su estética, sutil, que transcurridos algunos años sigue siendo un deleite, mientras que Alleluia pareciera ser un festín de descalabros que podría diferir por completo con el drama implícito de la historia y convertirlo en un thriller muy cojo.

Perspectivas y «Corazones solitarios» tiene otra reinterpretación muy al estilo belga, que podrá gustar, pero que no es superior a la ya citada.