Kornél Mundruczo demuestra un punzante y frenético filme calificado como técnicamente impecable, pero también cubierto argumentalmente, que ya en proyecto concluido, se dilucida en una mezcla de géneros pocas veces presentada y con tales aciertos.

Una propuesta malsana no podía ser mejor disimulada con la presentación inicial, donde se creía la protagonista y que se redirecciona hacia el cuadrúpedo y una serie eventos suficientes para empatizar y a la vez edulcorar al espectador, sin que éste prevea que transcurridos los minutos coartarán su sentir afectuoso, por un inesperado cambio de roles que a ladrido y mordida sembrarán terror.

Se dice Feher Isten una parábola sobre los oprimidos y las minorías, que a cualquier nivel de lectura, desentraña lo atroz del ser humano en el reino animal, que no por ser dotado de inteligencia deja de jugar a ser opresor y depredador.