Al dorama "La diosa del matrimonio" le avalan poco más de cuatro estrellas vía streaming TV, un síntoma poco común para el público desconocedor de las oferta televisivas provenientes de Corea, pero que a la buena respuesta, la reacción de poner a disposición por lo menos de una veintena más de seriales en este catálogo, abren camino en un terreno donde lo gringo es mayoritariamente preponderante.

El serial se conforma con las historias de cuatro mujeres —dos parejas de concuñas— de distintos estratos sociales, pero con la misma disyuntiva: su desventaja de género, acentuada por el machismo, las costumbres e ideologías, así como el juego de roles que adoptan ellas para intentar ganar terreno.

De las dos parejas de concuñas, dos de ellas representan a la mujer de clase alta (Ji Hye y Hong Hye Jung), ambas comunicadoras de profesión, pero retiradas de su labor ya que el pertenecer a una de las dinastías más reconocidas de Corea sus deseos por desempeñarse en actividades fuera del entorno familiar es despojado, a cambio de ésto deben enrolarse en los menesteres del hogar, con actitudes sumisas no sólo con el marido sino con los patriarcas que aprovechan todo tipo de condición para doblegarlas.

Ji Hye la joven guionista de una estación de radio, es rebelde, y tiene una concepción del matrimonio totalmente opuesta a lo que por designio le tocará afrontar al llegar a vivir a las cercanías de la casa de sus suegros. Ahí ya instalada tratará con su nueva concuña, ésta con un matrimonio de 8 años quien se juega el todo por el todo, acostumbrada a las rígidas normas y designios de su familia política ha conseguido convertirse en la nuera modelo a un precio costoso, que a la larga le beneficiará en grado fríamente calculado pero siempre bajo el yugo del suegro.

Por otro lado tenemos a la pragmática Song Ji Sun, quien es la hermana mayor de Ji Hye, una mujer madura, de clase media, casada e ilimitada en su deberes con respecto al entorno familiar, ya que se ocupa como gerente en un corporativo. Sus aspiraciones por ascender son latentes, pero la competencia con hombres aunado a las disputas con su suegra —de actitudes machistas— es constante y no se le reconocerán sus logros fácilmente. A ella se le une Eun Hee (la otra concuña), otra ama de casa que ha dejado todo por su matrimonio. Ésta desestima toda posibilidad del divorcio como salida a la infidelidad que vive, mas en su proceso de autovaloración a través del trabajo le traerán nuevamente la estabilidad perdida tiempo atrás.

El serial se rige como un melodrama —en muchos momentos aderezado con comedia, sobre todo en las crisis protagonizadas por la dupla representante de la clase media—, se obvian los derechos del género femenino, incluso podría clasificarse como un producto sexista, sin embargo se nota su atenuación por lo que la presión ejercida sobre su contraparte y esa dura interacción con las suegras también se presenta, aunque duro, es un drama menos fulminante que el vivido por ellas.

Un proyecto que da muestra sobre un arraigado machismo que sigue coartando las decisiones de la mujer en un país rico en muchos aspectos, pero que en cuestiones de igualdad va corto.