Media votos
7,3
Votos
723
Críticas
1
Listas
5
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Ibrahimovic:
10
8,1
43.569
Drama
A finales del siglo XIX, el doctor Frederick Treves descubre en un circo a un hombre llamado John Merrick. Se trata de un ciudadano británico con la cabeza monstruosamente deformada, que vive en una situación de constante humillación y sufrimiento al ser exhibido diariamente como una atracción de feria. (FILMAFFINITY)
16 de noviembre de 2010
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
No voy a valorar la maravillosa fotografía, ni la magistral actuación de Hopkins ni siquiera la gran banda sonora que John Morris realizó para ella. Hoy voy a valorar algo distinto, algo que muchas veces queda olvidado en los análisis en post de lo técnico : La serie de sentimientos que transmite y despierta en ti.
Esta película tiene la gran virtud de darte una bofetada en pleno rostro y de despertar tu alma adormecida para enseñarte a valorar lo realmente importante: el amor, la bondad y la humildad.
He de reconocer que las lágrimas han inundado mi cara en más de una ocasión, pero no por pena ni tristeza, sino por todo lo contrario: satisfacción.
Es cierto que mi forma es muy extraña,
pero culparme por ello es culpar a Dios;
si yo pudiese crearme a mí mismo de nuevo
me haría de modo que te gustase a ti.
Si yo pudiese alcanzar de polo a polo
o abarcar el océano con mis brazos,
pediría que se me midiese por mi alma,
porque la verdadera medida del hombre es su mente
Grande John ( Joseph) Merrick
Esta película tiene la gran virtud de darte una bofetada en pleno rostro y de despertar tu alma adormecida para enseñarte a valorar lo realmente importante: el amor, la bondad y la humildad.
He de reconocer que las lágrimas han inundado mi cara en más de una ocasión, pero no por pena ni tristeza, sino por todo lo contrario: satisfacción.
Es cierto que mi forma es muy extraña,
pero culparme por ello es culpar a Dios;
si yo pudiese crearme a mí mismo de nuevo
me haría de modo que te gustase a ti.
Si yo pudiese alcanzar de polo a polo
o abarcar el océano con mis brazos,
pediría que se me midiese por mi alma,
porque la verdadera medida del hombre es su mente
Grande John ( Joseph) Merrick