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España España · Bilbao
Voto de Farinhas:
7
Serie de TV. Intriga. Thriller. Drama Serie de TV (2014). 8 episodios. Dos detectives de Lousiana, Rust Cohle (Matthew McConaughey) y Martin Hart (Woody Harrelson), vuelven a investigar el difícil caso de un asesino en serie en el que ya habían trabajado. Obligados a regresar a un mundo tan siniestro, el avance de la investigación y el mayor conocimiento mutuo les enseñan que la oscuridad reside a ambos lados de la ley. (FILMAFFINITY)
18 de marzo de 2014
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quizá mi problema con las series estriba en que comencé con las dos mejores que jamás se hayan grabado hasta la fecha, The Sopranos y The Wire, y haya puesto el listón muy alto, tanto en lo que a series se refiere, como respecto a HBO. Estas dos producciones me parecen, sencillamente, y en una única palabra, perfectas, porque se tomaron en serio todos y cada uno de los elementos del cine, desde lo técnico a lo artístico, en una conjunción insuperable de medios al servicio de, quizá lo más importante en estos casos, la narración de una historia.

True Detective, la serie que ahora nos interesa, lógicamente, no llega a las dosis de intensidad global de Los Soprano y The Wire, a pesar de que posee elementos muy encomiables y que se han de valorar, siempre salvando las distancias con las anteriores. Quizá lo peor de True Detective es que defrauda, porque las expectativas eran demasiado altas, sin que por ello no esté llena de cualidades magníficas que la convierten en una buena y atractiva serie, además de entretenida.

La trama es la manida historia de los dos detectives investigando un asesinato. El punto de partida, aunque muy habitual, en los primeros capítulos se abordó de una forma innovadora, primando la visualidad, el entorno, lo tácito y los elementos periféricos de los dos protagonistas (los cuales están muy bien dibujados psicológicamente). Sin embargo, es al transcurrir el ecuador de la trama cuando ésta empieza a hacer aguas, debido, en gran parte, a la búsqueda de la diferenciación respecto de otras series, en un ejercicio de grandilocuencia que no era necesaria, y debido a la quiebra de 17 años de la trama que resta verosimilitud al conjunto, aunque se salva con un buen final. Si hubiera sido una serie temporalmente lineal, el resultado habría sido mucho mejor.

A su vez, alabo la serie por la conjunción técnica al servicio de dos buenos actores en roles muy diferentes a los interpretados en el resto de sus carreras, con un Harrelson muy comedido, despojado de su característica sonrisa de pícaro y un McConaughey en estado de gracia, maduro y en plenas facultades físicas.

La dirección de Fukunaga ha sabido captar el mensaje del escritor y creador de la serie; nos hemos pringado con el fango de los lagos de Luisiana, hemos sentido la desolación que dejan los numerosos desastres meteorológicos, nos han embriagado los alientos de los beodos pobladores, hemos sentido miedo del diablo, odiado a los arios, sufrido la miseria, nos ha mojado la humedad sureña, hemos rezado, leído a Nietzsche, hemos entrado en un gueto en un maravilloso e imposible plano secuencia…

La grandeza de True Detective es la radiografía social de un lugar concreto de Estados Unidos, gracias a una magnífica fotografía y a un ambiente de sordidez tácito, con ciertas dosis de explicitud que pueden llegar a la náusea, donde hemos ido madurando con sus protagonistas en cada charla filosófica en el interior del vehículo.

Desgraciadamente, True Detective es un caramelo cuyo sabor inicial es muy dulce, pero a medida que lo vamos digiriendo se va poniendo amargo y deja un mal sabor de boca, porque realmente podría haber sido mejor si no hubiera tenido tantas ínfulas ni hubiera buscado una grandilocuencia innecesaria (puesto que lo que falla no es el final, que me parece magnífico, sino la ruptura temporal de 17 años).
Farinhas
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