Manuel Bartal, en su ópera prima, consigue una de las cintas más curiosas y originales del cine español en los últimos años.
Todos tus secretos ahonda en la amistad con todas sus letras, en todo lo que la rodea, en lo bueno y lo malo, en sus pros y contras, para finalmente descubrir que el ser humano puede ser terriblemente mezquino y, en una palabra, cabrón incluso con las personas a las que supuestamente más quiere y con quienes comparte un vínculo afectivo.
La amistad, ese arma de doble filo...
Para ello, Bartual recurre a un innovador sistema multipantalla y filma con webcams las conversaciones y dilemas de este grupo de amigos lleno de secretos, mentiras y un misterio que los envuelve a todos. El resultado es magnífico desde el punto de vista visual, obligando al espectador a estar más que atento a su estupendo montaje, y a la vez es una muy agradable, divertida y ácida aproximación a ese lado más oculto de la amistad, la sinceridad nunca total entre amigos y cómo las nuevas tecnologías influyen en la manera de comunicarse y de expresarse los sentimientos.
Los actores, desconocidos en su mayor parte (la más conocida es Ingrid García Jonsson), bordan sus personajes y son un prodigio de naturalidad, improvisando además muchas veces los diálogos o cambiándolos para que suenen más naturales, lo cual es otro de los puntos más fuertes de la película. Los diálogos son de la calle, auténticos, y suenan naturales y creíbles porque son los que cualquiera de nosotros diría en esas situaciones. Nada suena a prefabricado o a frase de galleta china de la suerte, como ocurre en muchas películas, y es algo que se agradece muchísimo mientras se ve la cinta, porque la identificación con los personajes es mucho más rápida y sencilla.
Una pena que le sobren veinte minutos fácilmente (la idea no da para casi 90 minutos) y que el fondo no sea tan innovador como la forma (las historias de los personajes son los típicos enredos de faldas y/o laborales que se han visto ya en mil ocasiones.) porque Todos tus secretos es una notable muestra de originalidad e innovación formal dentro de nuestro cine.

Lo mejor: Todos los actores, el humor y la naturalidad aplastante de los diálogos.
Lo peor: Le sobran veinte minutos.