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Voto de Sentencia:
5
5,4
75.966
Aventuras. Acción. Ciencia ficción
Año 1957, en plena guerra fría. Indiana Jones (Harrison Ford) consigue de milagro salir ileso de una explosiva situación con unos agentes soviéticos en un remoto desierto al que llegó detenido junto a su amigo Mac (Ray Winstone). El decano de la Universidad (Jim Broadbent) le confiesa a su amigo el profesor Jones que las últimas misiones de Indy han fracasado, y que está a punto de ser despedido. Mientras tanto, Indiana conoce a Mutt ... [+]
22 de mayo de 2008
52 de 96 usuarios han encontrado esta crítica útil
He de ser realmente franca con respecto a esta película, y para ello he de dividirla en dos partes:
- Primera parte: la primera la componen tres cuartas partes de la misma. En ella la película te embriga minuto a minuto con su humor, su acción trepidante y la ruda elegancia de Indiana Jones. Para deleite de los espectadores, los guiños a las películas predecesoras aparecen por doquier, te sientes como en casa. Saborear cada escena es sencillo y sólo deseas ver más y más, olvidando el peso del reloj en tu muñeca, no deseas ni tan siquiera descubrir que el tiempo que le queda disminuye. Para cuando quieres ir a darte cuenta ya estás sediento de aventura y misterio, jugando con cada pequeña pista en tu cabeza plagada de curiosidad. Sin embargo, tras la hermosa travesía, comienza la segunda parte.
- Segunda parte: los últimos treinta minutos defilan ante ti haciendo que te sientas traicionado y todos los castillos que construiste en el aire con ilusión son barridos, de repente, por un gigantesco huracán.
No digo que media hora que ha sucumbido ante los efectos especiales haga que el resto deje de ser valioso, sólo que es difícil no sentir un pinchacito en el corazón una vez se ha terminado.
- Primera parte: la primera la componen tres cuartas partes de la misma. En ella la película te embriga minuto a minuto con su humor, su acción trepidante y la ruda elegancia de Indiana Jones. Para deleite de los espectadores, los guiños a las películas predecesoras aparecen por doquier, te sientes como en casa. Saborear cada escena es sencillo y sólo deseas ver más y más, olvidando el peso del reloj en tu muñeca, no deseas ni tan siquiera descubrir que el tiempo que le queda disminuye. Para cuando quieres ir a darte cuenta ya estás sediento de aventura y misterio, jugando con cada pequeña pista en tu cabeza plagada de curiosidad. Sin embargo, tras la hermosa travesía, comienza la segunda parte.
- Segunda parte: los últimos treinta minutos defilan ante ti haciendo que te sientas traicionado y todos los castillos que construiste en el aire con ilusión son barridos, de repente, por un gigantesco huracán.
No digo que media hora que ha sucumbido ante los efectos especiales haga que el resto deje de ser valioso, sólo que es difícil no sentir un pinchacito en el corazón una vez se ha terminado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Ya me puedo imaginar la silueta de dos hombres comiendo pizza, a las tantas de la noche, y diciéndo: Bueno, esto hay que irlo acabando, ¿qué ponemos de final?
A lo que contesta el otro: ¿Qué tal... alienígenas?; el primero se encoge de hombros y dice: ¿Alienígenas?¿Por qué no?
Pues porque es un final cutre y nada honroso para tan querida saga. Alienígenas y un platillo volante, la escena en la que se puede apreciar la silueta de nuestro querido Indiana delante del platillo volante, es casi como ver una pesadilla en pantalla grande y en stéreo. Y mientras mi barbilla rozaba con el suelo e imploraba compasión, oigo que se trataba de "viajeros interestelares". Corten y acción: final utópico típico de las películas de chicas, donde todo son sonrisas, aplausos y demás ñoñerías. Caen los créditos, suspiras y piensas: ha empezado tan bien...
A lo que contesta el otro: ¿Qué tal... alienígenas?; el primero se encoge de hombros y dice: ¿Alienígenas?¿Por qué no?
Pues porque es un final cutre y nada honroso para tan querida saga. Alienígenas y un platillo volante, la escena en la que se puede apreciar la silueta de nuestro querido Indiana delante del platillo volante, es casi como ver una pesadilla en pantalla grande y en stéreo. Y mientras mi barbilla rozaba con el suelo e imploraba compasión, oigo que se trataba de "viajeros interestelares". Corten y acción: final utópico típico de las películas de chicas, donde todo son sonrisas, aplausos y demás ñoñerías. Caen los créditos, suspiras y piensas: ha empezado tan bien...