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Voto de Koyaanisqatsi:
9
Drama Bajo el opresivo régimen talibán, la madre de una muchacha de 12 años, médico de profesión, pierde su empleo en un hospital y las dos mujeres, así como la abuela, se convierten en auténticas prisioneras en su propia casa, ya que no pueden abandonarla sin un «acompañante legal» y tienen prohibido trabajar fuera para ganarse la vida. La madre y la abuela urden un plan: le cortarán el pelo a la chica y cambiarán su indumentaria, para que ... [+]
1 de octubre de 2013
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Ojalá Dios no hubiera creado nunca a las mujeres...". Así es la manera en la que sentencia la madre de Osama la situación actual de las mujeres en Afganistán, posiblemente el peor país donde pueda nacer, vivir y morir una mujer.

Siddiq Barmak logra con 'Osama' dar a conocer al resto del mundo una de las primeras películas en la triste historia reciente del país -en pleno apogeo de los talibanes-, la imagen de una tierra que ha sido inmortalizada por los "mass media" -especialmente por los yanquis a raíz de la guerra que ellos comenzaron- como el mayor infierno que hay ahora mismo en el planeta, pero no nos engañemos, existen en este maravilloso y bello mundo nuestro numerosos países que también pueden ser catalogados como "infiernos", pero centrándonos en lo referente a las mujeres -el tema y la cuestión principal de la película- sí es cierto que en estos momentos, Afganistán -ese país que hasta 1979 era un lugar apacible y en pleno desarrollo de modernidad- esté entre los tres peores del mundo y el más peligroso para la mujer.

Osama -cuyo nombre de chica no se desvela en todo el film- se ve obligada a pasarse por chico para intentar llevar una vida mejor para ella misma y para su familia -su madre y abuela-, ya que los hombres tienen menos dificultades para vivir y encontrar trabajo para ganar lo justo para comer y sobrevivir. Pero incluso los niños corren peligro, pues los talibanes campan por allí a sus anchas, sembrando el caos por doquier y reclutando toda clase de niños -desde los miles de huérfanos que pordiosean por las calles hasta los que tienen familia propia- para convertirles desde bien pequeños en auténticos terroristas, o más bien en verdaderos demonios -esos de los que hablaba Dostoievski en su novela-, lavándoles el cerebro para que sean instruidos militar y religiosamente en las leyes del más dañino fundamentalismo islámico, incluido está el saberse el Corán de memoria, pero sin necesidad de entenderlo -como se muestra en la película de Mohsen Makhmalbaf, 'El alfabeto afgano, (2002)', donde el propio Mohsen, cámara en mano, va haciendo preguntas a un montón de niños, tales como; "¿qué es Dios?" o "¿quién es Dios?", a lo que ninguno sabe responderle, y es que no se puede taladrar en el cerebro de un niño algo por lo que va a matar, pero que no comprende, no se puede lobotomizar de esa manera a la población infantil de un estado, ya que lo único que logras es crear monstruos, nuevos demonios que antes fueron ángeles al servicio del Mal en la Tierra. Dios no existe, lo creamos nosotros. El infierno no existe después de la muerte, lo observamos y sufrimos durante la vida-.

Osama solo intenta sobrevivir en un mundo en el que ella no eligió vivir, hay que tener mucha suerte al nacer para hacerlo en el lugar adecuado, y Osama intenta vivir en ese infierno como puede y como lo hacen cientos de miles de mujeres y niños cada día de esta vida.

Marina Golbahari interpreta de manera magistral a su personaje -que bien podría interpretarse a ella misma, o a una parte de ella-, tiene una belleza muy peculiar, de rasgos indefinidos y andróginos, podría decirse que tiene el rostro de una ninfa. Es realmente impresionante cómo Marina afronta todas aquellas situaciones en las que corre peligro -ante el incesante acoso de los talibanes, o más adelante de los niños en la "escuela de terroristas"-, es imposible no estremecerse ante esos llantos sobrecogedores que se clavan como puñales en el alma, ante esa llamada de socorro a su amigo Espandi -su único amigo- y cómo éste sufre cuando los demás niños han descubierto que Osama es una chica y rompe a llorar, impotente, implorando en su interior para que no le hagan nada.

Para sorpresa de muchos, tanto la película como Marina Golbahari recibieron una ovación unánime por parte de la prensa especializada y cosecharon diversos premios a nivel internacional -desde Cannes hasta los Golden Globes-, en especial su director, Siddiq Barmak, quien volvió a trabajar con Marina Golbahari cinco años después en "Opium War (2008)". Una lástima que Siddiq Barmak no haya hecho más películas, otro triste caso más de talento desperdiciado.

No quiero meterme a analizar trivialidades y curiosidades varias que seguramente ya hayan sido vistas en las muchas críticas que se han hecho de esta película, eso sí, merece la pena y mucho conocer todos los detalles que acontecieron al rodaje del film y todas las consecuencias que acaecieron a continuación, fundamentalmente todo lo que atañe a la vida de Marina Golbahari, quien por lo visto y para fortuna de todos, ha seguido actuando en más películas de nacionalidad afgana -cinco más en total, y una de ellas, "KhakoMarjan" realizada este año-, por lo que no sería descabellado -y ojalá ocurra- ver a esta enigmática y descomunal actriz actuando dentro de unos años en películas europeas o incluso en Norteamérica -en un caso como el de la actriz iraní Golshifteh Farahani-, el tiempo lo dirá.
Koyaanisqatsi
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