Chris Kyle fue un hombre nacido en Texas al que se le llegaron a adjudicar alrededor de 160 muertes durante 4 diferentes misiones como francotirador del ejército estadounidense en la guerra de Irak, ganándose el apodo de ‘Leyenda’.

Basada en su autobiografía, ‘American Sniper’ cuenta la historia de cómo Kyle llegó a convertirse en el objetivo principal de los insurgentes, quienes llegaron a ponerle precio a su cabeza; pero también cuenta como un hombre común se convierte en un profesional de la guerra y como el acto de matar se convierte en su oficio, y como afecta en su vida y sus relaciones.

Bradley Cooper se mete en la piel de Kyle, en un recorrido que va desde su infancia y la relación con su padre, donde se muestra que ya tenía habilidades especiales para disparar, hasta la conformación de su familia con su esposa (Sienna Miller) e hijos, mostrando como su profesión va minando emocionalmente sus vínculos más cercanos.

Cercana en su discurso a ‘The Hurt Locker’ la película dirigida por Katrhyn Bigelow, ‘American Sniper’ muestra como el oficio de Kyle va de a poco volviéndose una especie de adicción, que lo irá alejando de su mundo real pero que para él siempre será sólo eso, su trabajo y nada más, pero que cada vuelta a casa evidenciará los efectos de la guerra en él, con la necesidad siempre de volver al frente a salvaguardar a sus compañeros.

Acusada de ser un producto destinado a exaltar el sentido patriotero del espectador estadounidense, que en parte lo es, la película de Clint Eastwood es un sincero y milimétrico acercamiento de un hombre incapaz de controlar los fantasmas de una guerra que lo devora de a poco.

Poco hay para agregar acerca de la grandeza y maestría de Eastwood, en un año en que además presentó otra gran película mayormente ignorada, como lo fue ‘Jersey Boys’, con pulso firme muestra el detalle de una desalmada profesión en su intimidad, en un film no exento de polémica al que hay que acercase liberado de ciertos prejuicios.