Y vivan la luz, el color, la música, la libertad, la verdad y el amor... y es que ¿¿no son suficientes ingredientes para una buena peli??
Pues sirven, pero algo más de argumento no le vendría mal a esta maravilla audiovisual. Y es que narrativamente es algo floja... pero la verdad, se compensa con lo demás, la peli se ve de maravilla aún así.
Probablemente a Luhrman no era lo que más le importaba narrar, conducir a alguien a través de una historia. El objetivo aquí era montar un pastel de diez pisos de música, luz, color, libertad creativa, sinceridad artística y amor y estamparlo en el rostro de todo el personal. Una y otra vez hasta dejarlo aturdido. Y la verdad, la experiencia, durante la mayor parte, no está nada mal. Este desmelene me recuerda constantemente a una frase de Kirsten Dunts como María Antonieta en el biopic de Sofia Coppola: "¡¡Pues que coman pasteles!!"
Creo que así podría resumirse el espíritu del film; aquí no importan las leyes, y si el pueblo reclama algo de pan, que se conforme con los pasteles (que por supuesto, son de diseño); al menos la película es 100% sincera y fiel a su espíritu… De otra forma, ¿donde cabrían algunas escenas que son, le pese a quien le pese, de vergüenza ajena? Y no porque estén mal construidas, para nada, pero es que…. Ejem, lo de la Kidman toda verdosa ella y saliendo de una botella de absenta con fuegos artificiales diciendo “Soy el hada verde”, con unas poses que…; pues que queréis que os diga, recuerdo esa parte y siento vergüenza ajena, y digo: “¿Pero que estoy viendo?”, “¿Qué lleva dentro el Luhrman este?”

En conclusión me parece una película musical muy fluida y sumamente estimulante como espectáculo audiovisual, pero superficial y engañosamente vacía en el campo narrativo; lo que impide que le suba la nota (que no está mal de por sí). Y es que el tramo final me resultó excesivamente redundante y sobrante. Por lo tanto, lo más flojo de esta peli, es, le pese a quien le pese, el esquema de la historia de amor. Que sí, que vale, que es muy bonita, muy romántica y muy poética y todo lo que queráis, pero no daba para dos horas de peli ni de coña, no contiene suficiente profundidad ni evolución. Lo de “sigue el espectáculo y sigue el espectáculo” en un alud de belleza, verdad, libertad y amor a ritmo endiablado funciona durante la mayor parte de la peli, pero a la hora y media de película, uno ya ve que el pastel se ha deshecho y no tiene ya nada consistente que ofrecer. El supuesto clímax final, no me sobrecogió nada: “Muy bien, cantáis genial, y vestís con un estilazo que no veas, pero eso que cantáis… ¡¡YA ME LO HABEÍS DICHO!!” Eso es lo que pensé.
Sigue en Spoiler.