No tengo ninguna duda de que con esta película, Spike Lee ha conseguido llegar a demostrar todo su talento.
La historia es simplemente maravillosa. Todos los detalles que forman parte de la vida de Monty en la ciudad de Nueva York, todos esos momentos extraídos directamente de la realidad, que transcurren durante las últimas horas de libertad, todo eso se queda en la mente de uno, días después de ver la película.

La película no solo se sostiene en la perfecta actuación de Edward Norton, también destacan un genial Barry Pepper, como el amigo que va a lo suyo pero al mismo tiempo es el mas realista, Philip Seymour Hoffman en uno de esos papeles de hombre tranquilo y sencillo, que borda como siempre y Rosario Dawson, que no solo está más guapa que nunca, sino que también ofrece un personaje, Naturelle, que se queda en el recuerdo para siempre.

La película tiene una fotografía excelente y sobretodo, una banda sonora que sabe acompañar con maestría a la historia.

La escena de los dos amigos mirando la zona o, desde la ventana, es realmente buena.
El "ligero" toque post 11 de septiembre, es mas un simple complemento casi estético, que una imposición que centre la trama. Gran acierto de Spike Lee, que le da un mundo al protagonista, en el que desenvolverse. Un drama ajeno al suyo propio, pero a la vez, con ciertos puntos en común.

En el cuarto de baño de un restaurante, delante de un espejo, Edward Norton homenajea al cine de Martin Scorsese y a Travis Bickle en Taxi Driver, en particular. Uno de los momentos fuertes de la película, donde se da un repaso rápido de toda la fauna de Nueva York y de el mismo Monty.